2022/05/09

harry MARTINSON

 

LA DESPEDIDA DE LOS RECUERDOS.   

Cuando los recuerdos van a desvanecerse
 nos visitan con gran frecuencia
como si quisieran ser
 completamente consumidos.
Lo mejor es comerlos
 como el manjar favorito,
muy a menudo, 
hasta que uno ya se harta de ellos.
Así disminuye su valor
para el día en que sean presa del insolente olvido.

EL CEDAZO DE LOS RECUERDOS.  
La mayoría de los recuerdos
caen al suelo con las hojas.
Si después uno los toca
solamente crujen secos
como si jamás hubiesen verdecido
en los matorrales de los años.
El hombre exige de las cosas
más que ellas de él.
Avaro e implacable
consume el resplandor de las cosas.

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