2022/02/20

JAROSLAW IWASZKIEWICZ

 

Jarosław Iwaszkiewicz, 1916
Jarosław Iwaszkiewicz, poeta, dramaturgo, ensayista, crítico y traductor, nació en Kalnik, cerca de Kiev,  Ucrania (20 de febrero de 1894) y murió en Varsovia, (2 de marzo de 1980). Estudió Derecho y música en Kiev. En 1919, fue el cofundador —junto con Julian Tuwim y Antoni Słonimski— del grupo poético de vanguardia «Skamander». Entre 1923 y 1925 fue secretario del presidente del Parlamento de Polonia, y más tarde diplomático, primero en Copenhague (1932-1935), y luego en Bruselas (1935-1936). Después de la Segunda Guerra Mundial, fue diputado del Parlamento polaco desde 1952. A lo largo de su vida, dirigió varias revistas literarias. Fue profesor de literatura en la Universidad de Varsovia. Tradujo del inglés, danés, francés, ruso, italiano y español al polaco.
El viejo poeta
I


El poeta dice:
Mujer, ¿no ves estas dos moscas inmóviles
sobre la repisa de la ventana
matadas con el insecticida?
No valen más para el universo
que nuestros queridos perros
muertos que yacen bajo esta piedra.
¿Recuerdas la palabra “Tropka”
cuando le decíamos algo
y él no entendía
arrugaba la frente, se concentraba
y no entendía?
Era un animal
Mira, nos hablan nubes
auroras estrellas
vientos
y tampoco entendemos
Nos hablan espacios
celestes
árboles que florecen
hablan flores
crecen
y hablan
y no entendemos
Así será
Nos quedaremos en el universo
cual dos moscas muertas
dos perros tirados
cual dos puras nadas
Ellos también amaban
y querían entender
III
El poeta dice:
Mujer, éramos jóvenes,
hemos visto el océano en Skagen
y Barcelona
y Mattehorn y Dent du Midi
teníamos amistades
conversábamos con Lechon
con Witkacy y con Sartre
nos encantaba Proust
leíamos el Núcleo de la oscuridad
Ana Karénina
Las cenizas
Y ahora estamos viejos
y solos
Peleamos
seguimos buscando
los libros perdidos
pañuelos
cerillas
anteojos
Y cuando estemos ante
el Señor de la Nada
de nada nos servirá
haber bailado en las bodas campestres
y en los salones del rey
Y nadie preguntará
por nuestras moscas
nuestros perros
nuestros libros perdidos
nuestros pañuelos
y anteojos

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