2022/01/18

RUBEN DARIO

 (Félix Rubén García Sarmiento; Metapa, 1867 - León, 1916) Poeta nicaragüense que fue el iniciador y el máximo representante del Modernismo hispanoamericano. 

Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867 en San Pedro de Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, Nicaragua.

Fue periodista y diplomático.

Estudió con los Jesuitas en 1878 y escribió en 1879 sus primeros poemas. Poesías y artículos en prosa fue un trabajo que realizó en 1881 y nunca llegó a publicar. Suspende sus estudios y luego se emplea en la Biblioteca Nacional de Managua en 1885.

En 1886 llegó a Valparaíso, tenía diecinueve años, allí realizó colaboraciones periodísticas en diarios de Valparaíso y Santiago. En 1888 aparecen sus Rimas y Azul. En Febrero del año siguiente parte a centroamérica pocos días después de haber enviado su primera colaboración al diario La Nación de Buenos Aires.

En los años siguientes desempeña diversos cargos diplomáticos y publica en Madrid Cantos de vida y esperanza (1905) y El canto errante (1907). México, La Habana, París, Barcelona, son las escalas del viaje final de Darío. En Nueva York cae enfermo y se retira a una hacienda de Nicaragua.

A las 10 de la noche del 6 de febrero de 1916 murió Darío a los 49 años de edad en León, la ciudad de su infancia. Frente a su distinguido cadáver de poeta desfilaron durante cinco días miles de personas.

VENUS

En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

"¡Oh, reina rubia! -díjele, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia a ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar".
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.


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