2018/11/12

Eneagrama. Personajes ilustres: 9: Pereza, sobreadaptacion

9 conservación: apetito

Hitz-kako JANGURA. Bere buruari balioa kentzeko modu bat da, janariaren bidez. Bakartiagoa da, eta jateak, telebistak, irakurtzeak konpentsazioa ematen dio. Kontaktuan dago janariarekin betetzeko, hori da bere distrakzioa.



Karen Horney


Karen Horney nació el 16 de de septiembre de 1885, cerca de Hamburgo. Su padre era un capitán de barco, hombre religioso y autoritario, y su madre ama de casa. En 1904 sus padres se divorciaron.
En 1906 Karen entra a la escuela de medicina, contra los deseos de su propio padre, así como de las opiniones de la política de la sociedad de aquel tiempo. En 1909 se casa con un estudiante de leyes llamado Oscar Horney con quien tuvo tres hijas.
Horney fue una de las pioneras del psicoanálisis. Se doctoró de medica en Alemania, perteneció al Instituto de Psicoanálisis de Berlín y luego se trasladó a Nueva York, en Estados Unidos, Impulsora del feminismo, contribuyó a nuestra comprensión de la psicología de la mujer.
En 1932 fue nombrada directora asociada del Instituto Psicoanalítico de Chicago. En 1934 llegó a pertenecer al personal del Instituto Psicoanalítico de Nueva York. Su primera obra de importancia fue La personalidad neurótica de nuestros tiempos (1937).

Si bien Horney permaneció fiel al espíritu de la doctrina freudiana, se rebeló sobre algunos aspectos. Adhirió toda su vida a la idea de la motivación inconsciente, pero en cambio discrepó con Freud acerca de varios puntos. Por ejemplo, creía que él había puesto exagerado énfasis en el impulso sexual. Con respecto al complejo de Edipo, Horney opinaba que las dificultades emocionales asociadas a él se debían fundamentalmente a una lucha por el poder entre el progenitor y el hijo, y no a un deseo incestuoso de éste.Entre 1922 y 1935 Horney escribe 14 trabajos en los cuales refutaba la tendencia antifeminista de Freud y enfatizaba determinantes sociales en lugar de biológicos en las diferencias de sexos y la psicología femenina. Fundó la Asociación para el Avance del Psicoanálisis en 1941 y es profesora en la Universidad de Nueva York a partir de 1942. En 1945 escribe Nuestros conflictos interiores y en 1950 escribe Neurosis y Crecimiento Humano.
Tal vez lo que mayor celebridad le dio a Horney es haber apartado el psicoanálisis de su estrecho énfasis en la biología y los procesos de la maduración, encaminándolo en cambio hacia la comprensión de la influencia de la sociedad y la cultura, y el papel conjunto que ambas cumplen en el desarrollo de la personalidad.

9 sexual: simbiosis


Hitz-kakoa BATERATZEA (bat egitea). Bestearekin batu, bestearekin galdu. Bestearen zerbitzura egon nahia... oso goxoak dira, eta oso deskonekatuta daude emoziotik eta desiratik.

Carl Rogers


Carl Ransom Rogers nació el día de enero de 1902 en Oak Park, Chicago, siendo el cuarto de seis hermanos. Sus padres fueron Walter Rogers (ingeniero civil) y Julia Rogers (ama de casa), siendo el cuarto de seis hermanos. La familia tenía fuertes convicciones cristianas y evangélicas, siendo la religión importante en el desarrollo madurativo e intelectual del autor. La vinculación familiar era positiva y estrecha, inculcando los padres valores como la importancia del esfuerzo y la perseverancia.
Cuando tenía doce años su familia compró una granja y se trasladó a ella, transcurriendo en ella su adolescencia y adquiriendo Rogers un gran interés en la agricultura y la biología, participando activamente en el cuidado de los animales y leyendo a menudo literatura científica vinculada a dicho sector.
En 1919 se inscribió en la Universidad de Wisconsin en la carrera de Agricultura. Sin embargo, a lo largo de sus estudios y tras la asistencia a diversas jornadas religiosas decidió virar su interés y sus estudios hacia la teología y la historia.
En 1922, durante su penúltimo año de estudios, fue escogido para participar en una conferencia internacional de la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos en China. Durante la estancia en el continente asiático y en la conferencia pudo observar una gran diversidad de creencias y el enfrentamiento aún existente entre los miembros de los países involucrados en bandos opuestos durante la Primera Guerra Mundial. Este viaje haría que Rogers se replanteara su concepción de la vida. Tras su vuelta, se gradúa en Historia.
Durante sus años universitarios retomaría el contacto con Ellen Elliott, una antigua compañera de primaria de quien se enamoraría y con quien terminaría por casarse en 1924. Tras ello y una vez terminados sus estudios la pareja se mudó a Nueva York, donde Rogers se inscribiría en el “Union Theological Seminary”. Allí proseguiría sus estudios sobre teología y filosofía a la par que empezaría a asistir a diferentes cursos de la Escuela de Maestros de la Universidad de Columbia. En estos últimos descubrió y se interesó por aspectos vinculados a la psicología.
Tras concluir en uno de los seminarios que su camino y su filosofía no se adscribían a la religión (si bien conservaba el interés por aspectos como el significado de la vida), decidió abandonar la carrera de teología. Asimismo se inscribiría en la Universidad de Columbia para estudiar Psicología, concretamente en el programa de psicología clínica, y empezaría a trabajar con menores en el Instituto para la Orientación Infantil de Nueva York. Obtuvo el título de máster en 1928, y el doctorado en Psicología en 1931.
Durante el año 1928, fue contratado en la Sociedad de Rochester para la Prevención de la Crueldad Infantil, en el que trabajaría aspectos como la prevención de los delitos en jóvenes en riesgo de exclusión social y con distintas problemáticas y del que llegaría a ser nombrado director. En este lugar trabajaría durante doce años, observando y trabajando con múltiples pacientes. 
En Rochester observó en diversas ocasiones que en el trabajo con pacientes es el propio cliente quien más sabe qué le afecta y dónde se encuentran sus problemas, a menudo sabiendo qué dirección debe tomarse para resolverlos. 
En 1940 fue contratado por la Universidad Estatal de Ohia como docente, tras la publicación de su primer libro “Clinical Treatment of the Problem Child” el año anterior. El mismo año empezaría a realizar conferencias, resultando remarcable la realizada en la Universidad de Minesotta en la que establecería las bases de la terapia no directiva. Rogers planteaba que el usuario de los servicios del psicólogo no era paciente sino cliente (lo que supone que el sujeto no se limita a recibir la intervención sino que es un sujeto activo y el artífice de su propia recuperación) y que el papel del terapeuta es ayudar al cliente de una forma no directiva, como un apoyo a la propia actividad del sujeto.
En 1945 fue invitado a crear un centro asistencial en la Universidad de Chicago, aprendiendo conforme pasaba el tiempo a establecer relaciones útiles, cercanas y terapéuticamente productivas con sus pacientes. Debido a sus numerosas contribuciones en 1947 fue nombrado presidente de la American Psychological Association (APA). A lo largo de 1951 publicaría “Psicoterapia centrada en el cliente”, en la que el autor desarrolla su conocida teoría en la que remarca el papel de la capacidad de cada uno de nosotros para lograr el crecimiento y el cambio personal.
Rogers volvió a la Universidad de Wisconsin en 1957, donde ejercería de profesor del departamento de psicología a la par que realizaría programas de investigación con población esquizofrénica. Sin embargo diferentes conflictos en dicho departamento provocaron que el autor se desencantara con el mundo universitario. En 1964 se le ofreció un puesto como investigador en La Jolla, lugar donde residió y trabajó hasta su muerte.
Durante sus últimos años de vida Carl Rogers siguió investigando y publicando diferentes obras de gran calado, además de realizar trabajo en la práctica clínica y diversas conferencias.
En febrero de 1987 Rogers se fracturó la cadera en una caída que hizo que tuviese que someterse a una intervención quirúrgica. La intervención fue un éxito, pero poco después padeció un paro cardíaco. Carl Rogers falleció el 4 de febrero de 1987 en San Diego, California.
El legado de Rogers es amplio. Se trata de uno de los autores pioneros de la psicología humanista, altamente interesado en el desarrollo personal y en la posibilidad de la propia persona de regir su vida y evolucionar. Además de ello destaca la concepción de la terapia centrada en el cliente, la importancia dada a la interacción entre terapeuta y paciente y el hecho de proponer una terapia no directiva, que supusieron una revolución en su época. Muchos de sus métodos se siguen aplicando a día de hoy, o bien han servido de inspiración para otros autores.

9 social: Participación

Ez dirudi 9. Sozialagoaren izaera garatzen du, txikitan ez zelako munduarentzako garrantzitsua sentitzen. Hitz-kakoa PARTE HARTZEA. Munduan egoteagatik zerga bat ordaintzen du. 3ekin nahas dezakegu.

Benjamin Franklin


Margaret Mead

Margaret Mead (1901-1978) fue una antropóloga cultural que mantuvo una perspectiva de género importante en sus estudios, por lo que se considera también como una de las precursoras del movimiento feminista norteamericano.
Nació en Philadelphia, Pennsylvania y era la mayor de 4 hermanos. Aunque sus padres eran también científicos sociales, que habían inspirado mucho su carrera profesional, Mead definió como su influencia más decisiva a su abuela paterna, a quien reconocía como una mujer muy empoderada.
En el año de 1923, Margaret Mead se graduó del Colegio Barnard, que era una escuela para mujeres afiliada a la Universidad de Columbia. Había cursado la mayoría de sus materias en Psicología, carrera que le interesaba mucho y que le motivó a estudiar el desarrollo infantil.
Posteriormente se formó con Franz Boas, profesor de antropología de Columbia, y finalmente se convenció por estudiar y ejercer esta disciplina. Obtuvo el grado de doctorado en antropología en el año de 1929, por la Universidad de Columbia.
Una de las convicciones de Margaret Mead era que las condiciones culturales son más determinantes que las características genéticas en el comportamiento humano; lo que rápidamente trasladó al análisis de los roles de género y al desarrollo humano.
A partir de esto comparó varias culturas que eran consideradas como “primitivas”, con la cultura norteamericana. Dadas las condiciones culturales del momento en el oeste estadounidense, su pensamiento resultó muy innovador, aunque al mismo tiempo obtuvo respuestas negativas.
En términos generales, Mead tenía una perspectiva muy liberal sobre la sexualidad, que fue visible no sólo en sus trabajos académicos, sino en sus experiencias relacionales. Es decir que, su perspectiva tanto académica como privada estaba muy cercana al relativismo cultural y al relativismo moral sobre la sexualidad, lo que la colocó también en el centro de muchas críticas moralistas y controversias en el mundo académico.
A pesar de esto, su rigurosidad académica la volvió muy pronto una mujer prestigiada. Se unió como curadora al Museo Americano de Historia Natural en New York, además de haber impartido clases en la Universidad de Columbia, la Universidad de New York, la Universidad Emory, la Universidad de Yale, y la Universidad de Cincinnati. Finalmente fundó el departamento de antropología en la Universidad Fordham.
Así mismo se convirtió en presidenta de la Asociación Americana de Antropología, entre otros institutos de antropología aplicada muy conocidos. Entre otras cosas, impulsó la creación de un archivo nacional de films etnográficos que sirvieran para preservar el importante trabajo y legado antropológico.
Durante sus trabajos, Mead refutó la idea de las sociedades “primitivas”, donde los habitantes eran considerados como niños, o como si estuvieran genéticamente determinados para desarrollar estados psicológicos “menos avanzados”. Ella defendía que el desarrollo humano depende del entorno social.
Partiendo de ahí, Mead observó que los roles de género eran muy diferentes entre las distintas sociedades, con lo cual llegó a la conclusión de que estos roles dependen mucho más de la cultura que de la biología.
Hizo visible, por ejemplo, que las mujeres eran las dominantes en algunas tribus de Papúa Nueva Guinea, sin causar ningún problema social. Había tribus donde mujeres y hombres eran más pacifistas y vivían en sociedades más cooperativas que la estadounidense, por ejemplo en Arapesh.
En otras tribus, como en Tchambuli, hombres y mujeres tenían roles diferenciados, pero sumamente distintos a los occidentales. Los hombres eran más cercanos al plano de lo sensible, y las mujeres dirigían las actividades públicas.
Lo contrario encontró en sociedades como en Mundugumor, donde veía que los hombres y las mujeres habían desarrollado temperamentos más explosivos y conflictivos, con lo cual los niños eran educados también de manera más dura.
Al comprar los estudios entre estas sociedades, Mead llegó a la conclusión de que la cultura moldea el comportamiento humano. De ahí una de sus frases más famosas: “la naturaleza humana es maleable”.



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