2021/11/25

ALDOUS HUXLEY





Poeta, ensayista, y filósofo inglés nacido en  Godalming, Surrey, en 1894.
Perteneciente a una familia de intelectuales, estudió en la prestigiosa Escuela de Eaton hasta 1913. Una grave enfermedad le hizo perder gran parte de su visión, situación que le obligó a renunciar al deseo de estudiar medicina, matriculándose en el Balliol College de Oxford donde se graduó en Literatura Inglesa en 1915.
Sus primeros poemas fueron editados bajo el nombre de "The Burning Wheel" en 1916, seguidos luego por "Jonah" en 1917, "The Defeat of Youth" en 1918, "Leda" en 1920, Arabia Infelix en 1929, "The Cicadas and other poems" en 1931, y "First Philosopher's Song".
Colaboró con diferentes publicaciones literarias criticando  la burguesía inglesa, publicó novelas, ensayos, estudios filosóficos, viajó con su esposa e hijo por muchos países europeos y finalmente se radicó en Estados Unidos donde desarrolló una vasta labor literaria.
Por su más importante obra en prosa, "Un mundo feliz", recibió el American Academy of Arts and Letters Award. 
Falleció en  California el 22 de noviembre de 1963

Carpe noctem

No hay futuro, no hay más pasado,
ni raíces ni frutos, flores pasajeras solo.
Túmbate tranquila, túmbate tranquila y la noche perdurará,
silenciosa y oscura, no por un espacio de horas,
sino eternamente. Déjame olvidar
todo menos tu perfume, todas las noches menos esta,
la pena, el infructuoso llanto, el pesar.
Solo túmbate tranquila: este lánguido y suave embeleso
florecerá al borde del sueño y se esparcirá,
hasta que no haya nada más que tú y yo
abrazados en un silencio intemporal. Mas como
el que, condenado a morir, por la mañana estará muerto,
yo sé, aunque la noche parezca eterna, que el cielo
ha de iluminarse pronto antes del sol del mañana.

El espejo

A cámara lenta, la luz de la luna una vez atravesó
el soñador espejo,
donde, hincados, inviolablemente hondos,
viejos secretos no olvidados albergan
inolvidables maravillas.
Pero ahora polvorientas telarañas se entrelazan
por el espejo, el que antaño
viera los dedos que retiraban el oro
de una despreocupada frente;
y las profundidades son cegadas a la luna,
y olvidados sus secretos, nunca dichos.

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