Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros
Hora tras hora, día tras día...
Yo no sé lo que busco eternamente...
Gaur egungo antropologiaren inguruko ikerketek adierazten dutenez, gizakia beste animaliengandik bereizten duten zenbait elementuren artean sormena, abstrakzioa eta irudimena bezalako gaitasunak dira. Horiek guzti horiek dira, hain zuzen ere, arte deitu izan den ekimenaren jatorrizko tresna batzuk. Nire helburua blog honetan ikasle eta irakasleentzat materiala ipintea da; denon artean euskeraz dagoena gehitzeko, eta ez dagoena beste hizkuntzetan ikusi gero egokitzeko.
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros
Hora tras hora, día tras día...
Yo no sé lo que busco eternamente...
Anoche cuando dormía
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
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Nació el 10 de julio de 1913 en Santa Coloma de Farners, Girona, aunque su vida transcurrió entre Arenys de Mar y Barcelona.
Precoz y agudo narrador, estimulado por una gran variedad de modelos literarios (entre otros, Ruyra, Valle-Inclán y la Biblia), se da a conocer con títulos como Doctor Rip (1931), Laia (1932) o Ariadna al laberint grotesc (Ariadna en el laberinto grotesco, 1935), que componen un acerado retablo de la condición humana.
Su obra, tanto por su depurada elaboración formal como por su proyección civil, representa con singular fuerza la época histórica que vivió el autor.La Guerra Civil española acentuará más las tendencias satíricas del autor, enriquecidas tras la contienda con una vertiente reflexiva y reconciliadora en densas obras dramáticas como Antígona (escrita en 1939 y publicada en 1955) y Primera història d'Esther (1948), a las que los poemarios Cementiri de Sinera (Cementerio de Sinera, 1946), Mrs Death (1952), La pell de brau (La piel de toro, 1960) añaden una dimensión elegíaca.
(Londres, 1795 - Roma, 1821) Poeta británico. La muerte de su padre y su humilde procedencia le llevaron a trabajar como practicante en casa de un cirujano, para ingresar más tarde como estudiante externo en el Guy's Hospital de Londres (1815). Su afición a la lectura le descubrió el mundo de la poesía, en la que se inició bajo la influencia de Edmund Spenser. En casa de su amigo Leigh Hunt, crítico y poeta, conoció a Percy Shelley, con quien trabó amistad.
Publicó su primer volumen de poemas en 1817 y, a pesar de su escaso éxito, decidió abandonar la cirugía para dedicarse sólo a la literatura. Al año siguiente apareció Endimión (1818), que fue mal recibida por la crítica. A su regreso a Londres, tras una temporada en la zona de los lagos y el oeste de Escocia, asistió a la muerte de su hermano, aquejado de tuberculosis, lo que le afectó profundamente.
El propio Keats sufría la misma enfermedad; tras mudarse a casa de su amigo Charles Armitage Brown, en Hampstead, se enamoró de la hija de un vecino, Fanny Brawne, quien le inspiró la mayoría de sus poemas, recogidos en el volumen Lamia, Isabella, La víspera de Santa Inés y otros poemas (1820), que incluía sus mejores poemas: el inacabado Hiperión, sobre la mitología griega, y sobre todo su célebre serie de odas (Oda a un ruiseñor, Oda a una urna griega).
Su estado de salud se deterioró, por lo cual decidió embarcar con su amigo Severn hacia Nápoles, en lo que parecía la última posibilidad del poeta para sanar, aunque murió unos meses más tarde. Pese a tratarse del vate más joven de los grandes románticos británicos, es uno de los líricos más importantes en lengua inglesa. En 1848 aparecieron sus cartas y su diario, que completan una obra de excepcional pureza expresiva y admirable dominio poético en su aspiración por alcanzar la belleza absoluta.
A la soledad
¡Oh, soledad! Si contigo debo vivir
Que no sea en el desordenado sufrir
De turbias y sombrías moradas,
Subamos juntos la escalera empinada;
Observatorio de la naturaleza,
Contemplando del valle su delicadeza,
Sus floridas laderas,
Su río cristalino corriendo.
Permitid que vigile, soñoliento,
Bajo el tejado de verdes ramas,
Donde los ciervos pasan como ráfagas,
Agitando a las abejas en sus campanas.
Pero, aunque con placer imagino
Estas dulces escenas contigo,
El suave conversar de una mente,
Cuyas palabras son imágenes inocentes,
Es el placer de mi alma; y sin duda debe ser
El mayor gozo de la humanidad,
Soñar que tu raza pueda sufrir
Por dos espíritus que juntos deciden huir.
¡Oh suave bálsamo de la callada medianoche!
Cierras con cuidadosos y benignos dedos
Nuestros ojos amigos de oscuridad, huídos de la luz,
Amparados en la sombra de un olvido divino;
¡Oh delicadísimo sueño!¡ Si así lo deseas, cierra
En medio de este pequeño himno mis obedientes ojos,
O espera al “Amén” para que tu adormidera arroje
En torno a mi lecho sus arrulladoras bondades.
Luego sálvame, o el día acabado resplandecerá
Sobre mi almohada, engendrando muchas aflicciones,-
Sálvame de la curiosa Consciencia, que aún impone
Su poder sobre la oscuridad, hurgando cual topo;
Gira diestramente la llave en las aceitadas cerraduras,
Y sella el silencioso cofre de mi Alma.
Durante la década de 1930 formó parte de un grupo de jóvenes poetas que se caracterizaron por una fuerte influencia izquierdista y fue considerado un poeta de referencia en los círculos intelectuales de la ideología izquierdista durante la gran depresión. Su primer libro fue «Poemas» (1930). Luego escribió «La danza de la muerte» (1933), y la obra «El perro bajo la piel» (1935), con la colaboración de su amigo y compañero Isherwood. Ese mismo año, se casó con Erica Mann, hija del escritor Thomas Mann, para ayudarla a llevar un pasaporte británico para escapar de la Alemania nazi. En 1936 publicó «Funeral Blues». En 1939 se mudó con su pareja Isherwood a los Estados Unidos. Sus obras escritas en la década de 1940, en su mayor parte, reflejan su preocupación por los temas religiosos. En 1947, W. H. Auden publica «Age of Anxiety», un largo poema dramático que le otorgó el Premio Pulitzer en 1948. En 1948, después del final de la Segunda Guerra Mundial, el escritor regresó a Europa. Entre 1948 y 1972 pasó el invierno en Estados Unidos y el verano en Europa. En 1958 compró una casa en Kirchstellen, Austria. Entre 1956 y 1961, fue profesor invitado de poesía en Oxford durante tres meses al año. En 1972 regresó a la Iglesia de Cristo como escritor residente. Deja su casa de invierno en Nueva York y regresa a Oxford.W. H. Auden murió en Viena, Austria, el 29 de septiembre de 1973. Su cuerpo fue enterrado en Kirchstetten, Austria. Su poema «Funeral Blues» fue recitado en la película Four Weddings and a Funeral, protagonizada por Hugh Grant, en 1994.
Funeral blues
Paren todos los relojes, descuelguen el teléfono,
Eviten que el perro ladre dándole un hueso jugoso,
Silencien los pianos, y con un apagado timbal,
Saquen el ataúd, dejen pasar a los deudos.
Que los aviones nos sobrevuelen en círculos luctuosos
garabateando en el cielo el mensaje Él ha muerto,
Pongan un crespón alrededor de los cuellos blancos de las palomas,
Que los policías de tráfico usen guantes negros de algodón.
Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
Mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
Creí que el amor sería eterno, pero me equivoqué.
Ya no deseo las estrellas: apáguenlas todas;
Llévense la luna y desmantelen el sol;
Vacíen el océano y talen los bosques,
Porque ya nada puede volver a ser como antes.
Jarosław Iwaszkiewicz, 1916 |
Elizabeth I de Inglaterra fue una de las mujeres más notables de la realeza. Su educación excedía por mucho la media estimada para las doncellas destinadas al trono, y su profunda percepción de las desgarradoras sutilezas del amor la convirtieron en una poetisa muy interesante.
Nace en Sanaüja (Lleida), en 1938. Cuando tenía cinco años, en 1943, un señor uniformado le dio un "coscorrón" por "no hablar en cristiano", y ha señalado que "España me da miedo desde los Reyes Católicos. Su hermana pequeña muere de meningitis cuando él tenía cinco años. Su madre, que era maestra de escuela, sufre el acoso por parte de un alcalde falangista. Durante su infancia cambia constantemente de domicilio, hasta que en 1954 la familia se traslada a las Islas Canarias. Estudia Arquitectura en Barcelona y ha sido catedrático de Cálculo de Estructuras de la Escuela Superior de arquitectura de la Universidad de Barcelona. Su actividad literaria comienza a finales de los años 50. Tras un paréntesis de diez años, escribe “Crónica” con Joaquim Marco. En 1980 cambia el castellano por el catalán, aunque se considera un autor bilingüe. Comienza entonces una fecunda época en la que sus obras en catalán conquistan numerosos premios. En 2009 su obra “Casa de Misericordia” obtiene el Premio Nacional de Literatura de la Generalitat de Catalunya y el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura. Tuvo cuatro hijos y un gran amor, Mariona. Sus hijos fueron Mònica, Anna (muerta al poco de nacer), Carles y Joana. Joana, que padecía síndrome de Rubinstein-Taybi, falleció en 2002. Entonces, desobedeciendo una de las reglas sagradas de la poesía (ya lo dijo Bécquer: "cuando siento no escribo"), compuso un libro -Joana- que le acabaría convirtiendo en el poeta catalán más conocido y leído de las últimas décadas. Fallece en Sant Just Desvern (Barcelona) en 2021.
Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.
No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.
Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbramos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.
Horarios nocturnos
Acostado a tu lado, oigo los trenes.
Cruzan mi frente sus fugaces luces
rasgando el horror tibio de esta noche.
La pausa de silencio me deja una luz roja,
una nota sobre este pentagrama
de cables y de vías oscuras y brillantes.
Acostado a tu lado,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierto
sea -abrazado a ti-
dejar pasar los trenes en la noche.
Sehaska kanta
Egizu lo, Joana.
Eta «Loverman» hau —zure anaiaren saxoarena
Montjuïcen, ilun eta tragiko—
izango ahal duzu bidelagun
eternitate osoan
musikak soilik dakizkien bideetan.
Egizu lo, Joana, egizu lo.
Eta ahal dela ez ahaztu
gure baitan utzi duzun habian
igarotako urteak.
Zahartzea izango da baita ere gordetzea
zure begiak bete ohi zituzten koloreak.
Egizu lo, Joana. Hau da gure etxea,
eta osorik argitzen du zure irribarreak.
Isiltasun atsegin honetan espero dugu
saminaren harriak biribiltzea orain
zu izan zinena izan dadin musika,
musika bat gure negua beteko duena.