2022/09/27

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El Arte Rupestre Paleolítico En El País Vasco


El País Vasco está situado en una zona rica en yacimientos prehistóricos, en especial del Paleolítico Medio y Superior, como es la Región Cantábrica. Por otro lado, se encuentra en el corazón del área fundamental de creación artística parietal del Paleolítico superior, que es Aquitania, el Ariège y la Región Cantábrica. Hoy en día conocemos santuarios paleolíticos muy alejados de esta área, pero la zona mencionada sigue siendo, con mucho, la más rica y esplendorosa en estas manifestaciones.

Ya desde sus comienzos el arte paleolítico tomó derroteros distintos, tales como la escultura, el grabado, el relieve, la pintura... Podemos distinguir, de entrada, dos vertientes claras, el arte mobiliar y el arte rupestre.

El arte mobiliar, realizado sobre objetos diversos de hueso, cuerno, plaquetas de piedra o cantos rodados, se limita a veces a dibujar representaciones no figurativas sobre instrumentos tales como azagayas o arpones. Otras veces las representaciones se realizan sobre objetos colgantes o sobre objetos no utilitarios, bien grabados sobre plaquetas de hueso o piedra, bien pequeñas esculturas de piedra, hueso, cuerno o marfil. El arte rupestre o parietal es el realizado sobre las paredes rocosas de las cavernas. Los medios más empleados para ello son la pintura y el grabado. Pero existen también relieves, si bien estos son más raros que los grabados y pinturas. Precisamente uno de los contados casos de bajorrelieve se da en la cueva de Isturitz, en el País Vasco.


Centrados en el arte rupestre del País Vasco, se conocen hoy una docena de santuarios que contienen manifestaciones del mismo. Estos santuarios son los siguientes:

Cueva de Venta Laperra (Carranza, Bizkaia)

Este fue el primer hallazgo de arte rupestre en el País Vasco. Tuvo lugar en 1904 y fue L. Sierra quien descubrió una figura a la entrada de la caverna. Dos años más tarde H. Breuil descubrió cuatro figuras más (Alcalde del Río, Breuil y Sierra, 1911).

Las figuras representan tres bisontes, a los que no se dibujó la cabeza, un oso completo, un bóvido poco definido y una serie de líneas indescifrables. Están realizadas mediante un grabado relativamente profundo en la roca. Su situación en la cueva distingue a este yacimiento de todos los demás. Las figuras están, en efecto, a la entrada de la cueva y pueden contemplarse a la luz del sol.

El estilo de las mismas nos lleva a un período remoto del arte paleolítico, el realizado dentro del ciclo Auriñaco-perigordiense, con algunos paralelismos en la provincia próxima de Cantabria, concretamente en Hornos de la Peña. En este yacimiento además, apareció un hueso con un grabado de la parte posterior de un caballo, realizado mediante una técnica análoga y hallado en el nivel Auriñaciense.

Cueva de Arenaza. (S. Pedro de Galdamiz, Bizkaia)

En contraposición al santuario anterior la mayor parte de las figuras de Arenaza se encuentra en un pequeño recinto o cámara lateral de la cueva, de muy difícil acceso. Además de ellas hay algunas figuras más en la galería principal de la cueva, entre las que sobresale la de un uro (Apellániz 1982).

Las figuras de la cámara son un conjunto de ciervas, la mayor parte de las cuales se encuentra en un estado muy malo de conservación. Están pintadas en rojo, mediante una técnica de punteado, similar a la utilizada en algunas cuevas de Cantabria, tal como Covalanas. Nada similar se conoce, hasta el presente, en el resto del País Vasco.

Estas figuras muestran relaciones con el Estilo III de Leroi-Gourhan (1973) y pueden considerarse realizadas en una época que va desde el Solutrense final al Magdaleniense Inferior Cantábrico. Desgraciadamente la excavación del importante yacimiento que se encuentra a la entrada de la caverna, iniciada en 1972, no marcha al ritmo deseado y desconocemos los niveles Paleolíticos del mismo.

Cueva de Santimamiñe (Kortezubi, Bizkaia)

Esta cueva ha constituido el santuario emblemático del arte rupestre vasco, hasta el descubrimiento de los importantes santuarios guipuzcoanos durante los años 60.

El conjunto principal de figuras se encuentra también en una pequeña cámara a la que se llega hoy fácilmente mediante una escalera metálica, pero a la que era difícil acceder cuando se descubrieron las figuras en 1916. Esta cámara constituye un verdadero santuario y está precedida de una antecámara donde existen varios bisontes y caballos incompletos, además de una serie de rayas.

El conjunto de figuras de Santimamiñe llega a casi al medio centenar. La especie más veces representada es el bisonte. Hay también dos caballos, un ciervo, un uro y un oso. Las figuras están en su mayoría pintadas en negro. Las grabadas son muy pocas.

Desde el punto de vista del estilo y la técnica utilizados en esta cueva, hay una gran variedad. Hay figuras completas con un importante modelado interno, junto a simples siluetas. De ahí la dificultad que muestran Aranzadi, Barandiaran y Eguren (1925) a la hora de datar las figuras. En conjunto son asimilables al Estilo IV antiguo de Leroi-Gourhan, enclavables dentro del Magdaleniense Inferior Cantábrico.

Aunque los niveles del Magdaleniense Superior-Final y del Solutrense están mejor representados en el yacimiento excavado a la entrada de la cueva, hay también en el mismo, según I. Barandiaran (1967), claros indicios de Magdaleniense Inferior.

Cueva de Altxerri (Aia, Gipuzkoa)

Esta cueva encierra un numeroso conjunto de representaciones. Las figuras han sido distribuidas por J. M. Barandiaran (1964) en 7 grupos, con más de un centenar de animales, dos antropomorfos y numerosos signos. El primer grupo, el más externo, se encuentra a 100 metros de la entrada de la cueva y contiene el grupo más numeroso de figuras. La mayor parte de ellas está grabada y representa bisontes, renos, cabras, zorros, peces, un ave y dos antropomorfos

En los demás grupos hay grabados y pinturas y añaden a las especies representadas, caballos, uros, ciervos, un sarrio y un serpentiforme. Las pinturas se han conservado mal.

Las técnicas del grabado son variadas: fino, medio, profundo, múltiple, ancho y poco profundo, rayado, raspado etc.. Se utiliza para contornos, para modelado interno, para indicación de la abundancia de pelaje (¿rayado de pelaje¿ según Altuna y Apellániz 1976) y para preparación de la roca, eliminando el mantillo arcilloso que la recubre. El rayado de pelaje plasma un estilo expresionista en muchas de las figuras que lo llevan. La pintura es siempre negra.

El conjunto pertenece al Estilo IV avanzado de Leroi-Gourhan y puede haber sido realizado en el Magdaleniense Medio o Superior-Final. La primera monografía del santuario se debe a J. M. Barandiaran (1964).

Cueva de Ekain (Deba, Gipuzkoa)

La cueva tiene una galería principal de unos 120 metros de longitud, con algunas pocas ramificaciones. Excepto un pequeño grupo de figuras situado en una de estas ramificaciones, el resto se encuentra en la citada galería principal. La conservación del conjunto es muy buena, dado que las figuras se descubrieron el mismo día en que se descubrió la galería que las contiene.

Las figuras fueron distribuidas en 5 grupos por Barandiaran Altuna (1969). El primer grupo es el que se encuentra en una ramificación lateral de la galería principal y contiene una gran cabeza de caballo pintada a tinta plana, que parece anunciar que la cueva está dedicada a este animal, un ciervo y cierva grabados, un salmón y cuatro cabras pintadas. El grupo 2 se encuentra en la parte central de la galería principal y contiene el mayor número de representaciones. Es aquí donde se encuentra, en forma espectacular, el gran panel de caballos

En una zona de tránsito de la galería, entre los grupos 2 y 4, en un techo bajo, se encuentra una pareja de osos.

Los dos grupos finales contienen 7 caballos más y unas líneas grabadas de difícil interpretación.

Domina en el conjunto la pintura sobre el grabado y dentro de aquélla, la negra sobre la roja. En casos se limita solamente al contorno del animal, pero es frecuente el modelado interno y la aplicación de tintas planas para indicar detalles morfológicos tales como crineras, líneas cruciales, línea lateral en M, cebraduras de las patas, diferencias de coloración entre dorso y vientre etc.. Son frecuentes los casos en que se aprovechan contornos o fisuras de la roca soporte para realizar los animales.

Las figuras encajan plenamente en el Estilo IV de Leroi-Gourhan, pudiendo pertenecer al Magdaleniense Superior-Final, bien representado en el yacimiento de la entrada de la cueva. En este nivel además apareció una plaqueta grabada con figuras animales (Altuna y Apellaniz, 1978).

La cueva de Isturitz (Baja Navarra)

La cueva de Isturitz, famosa por el extraordinario yacimiento que encierra y el conjunto magnífico de manifestaciones artísticas proporcionado por el mismo, en especial su nivel Magdaleniense Medio, contiene también figuras rupestres, distribuidas en varios pisos o galerías independientes del complejo kárstico.

Así en la galería superior, o cueva de Isturitz propiamente dicha, hay varias figuras, que destacan por estar realizadas en bajorrelieve sobre roca, cosa excepcional en el arte rupestre del Pirineo. Entre las figuras sobresale la de un reno. Hay media docena más, de atribución específica difícil. Aunque Breuil (1974) las consideró de época Solutrense o Magdaleniense antiguo, no parece que sean tan antiguas, a juzgar por su estilo.

En la galería intermedia, denominada también Oxozelaia o Haristoi hay también otras representaciones, divididas en dos grupos. En el primero hay grabados de trazo muy fino, debido a la dureza de la roca soporte, y pinturas en negro. Representan cuatro caballos grabados y dos pintados, un bisonte pintado y una cierva grabada.

Dentro del segundo conjunto, en el que hay una veintena de figuras según Larribau (1982), destaca un caballo completo en el que se han modelado, mediante grabado, una serie de detalles anatómicos, algunos de los cuales han sido interpretados como guarnición y como consecuencia, como caso de ¿domesticación¿. Bien es verdad que, aunque las líneas estén correctamente interpretadas, no hay por qué ir más allá de una atadura en cautividad o un intento de doma.

Por fin, en la galería inferior o cueva de Erberua, recientemente J. D. Larribau y sus colaboradores han descubierto una serie de galerías con nuevos conjuntos de pinturas y grabados, que superan el centenar de figuras. Dominan los caballos, si bien hay bisontes, ciervos, cabras y un oso. El estudio de este conjunto, de acceso muy difícil, lo debemos a Larribau y Prudhomme (1983).

Cueva de Alkerdi (Urdax, Navarra)

Esta pequeña cueva presenta dos conjuntos de grabados. Uno frente a la entrada y otro al fondo de una estrecha galería.

Entre las contadas representaciones de estos conjuntos, destacan la de un bisonte, un ciervo y un probable caballo, todos ellos en el grupo del fondo. I. Barandiaran (1974) atribuye estas figuras al Magdaleniense Inferior o Medio.

Etxeberriko Karbia (Camou-Cihigue, Zuberoa)

En esta cueva, en un lugar de difícil acceso, hay otro conjunto de figuras rupestres, consistente en una docena de caballos, dos bisontes, dos cabras y una serie de signos y puntuaciones rojas. La mayor parte de las figuras son siluetas, con algunos detalles morfológicos dentro de las mismas. Las hay dibujadas con arcilla. Laplace (1952), que las ha estudiado, apoyándose en Breuil, piensa que las pinturas rojas pertenecen al Auriñaciense, las pinturas con arcilla al Magdaleniense inicial y las pinturas negras a una fase intermedia. Para Leroi-Gourhan (1973) pertenecen al Estilo IV antiguo, Magdaleniense Inferior o Medio.

Cuevas de Sasiziloaga y Sinhikole (Zuberoa)

Cerca de Etxeberriko Karbia se encuentran las cuevas de Sasiziloaga o Xaxixiloaga y la de Sinhikole. En la primera hay dos figuras de bisonte y en la segunda dos bisontes incompletos, un caballo y unos signos de difícil interpretación. Uno de los bisontes aprovecha el contorno natural de la roca.

En resumen, vemos que el País Vasco cuenta con manifestaciones artísticas Paleolíticas, que fueron realizadas durante todas las épocas en que tales manifestaciones tienen Iugar en Europa. Cuenta, en efecto, con una cueva (Venta Laperra), cuyas figuras situadas a la entrada de la misma, grabadas en un estilo paralelizable con el Estilo ll de Leroi-Gourhan, permite considerarlas de la época arcaica de este arte, es decir, realizadas durante el período Auriñaco-perigordiense, si bien es difícil precisar más dentro de este amplio período.

Otros yacimientos, como Arenaza, con paralelos en Cantabria, han sido incluidos dentro del Estilo III del mismo autor, por lo que su realización tuvo lugar en una época que va desde el Solutrense Final hasta el Magdaleniense Inferior Cantábrico. A esta última fase parece pertenecer también el conjunto de Alkerdi, cuyos rasgos técnicos recuerdan a los empleados en el arte mueble de las cuevas cántabras del Castillo y Altamira, concretamente a las escápulas grabadas con cabezas de ciervas, que llevan un relleno de trazos en el cuello. Trazos análogos aparecen en el cuello del ciervo de Alkerdi.

Por fin, la mayoría de los restantes yacimientos, paralelizables al Estilo lV, parece que fueron realizados en épocas más avanzadas del Magdaleniense. Así SantimamiñeEkainAltxerri y el complejo de Isturitz, con las galerías inferiores de Haristoi y Erberua.

Desde el punto de vista de las técnicas utilizadas, se da el grabado (Venta Laperra), tanto profundo (Isturitz) como fino (Alkerdi), el rayado y raspado (Altxerri) la pintura en rojo unida al punteado tamponado (Arenaza), la pintura en negro (en la mayoría) y la policromía (Ekain).

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