2022/09/24

Gu CHENG

 







Gu Cheng (1956-1993) fue un famoso poeta, ensayista, novelista y dibujante chino nacido en Beijing. Llegó a ser un prominente miembro de los «poetas oscuros», un grupo de poetas chinos surgido después de las reformas políticas y económicas de 1979. Él, junto con Hai Zi y Ge Mai, forman el trío de poetas suicidas de fines del siglo XX.

Gu Cheng tuvo una vida privilegiada, al ser hijo de un destacado miembro del partido comunista. Su padre, Gu Gong, era un poeta del ejército chino. A la edad de doce años, Gu Cheng y su familia fueron enviados a una zona rural de la oriental provincia de Shandong, por causa de la «revolución cultural», para que se «reeducaran». En esa región se dedicaron a criar cerdos. Allí, donde permaneció durante cuatro años, Gu Cheng proclamó que había aprendido poesía directamente de la naturaleza.

A finales de los años setenta del siglo pasado, Gu Cheng figuró como integrante de la revista semiclandestina Today, la cual comenzó un movimiento en la poesía conocido como menglong que significa «oscuro, nebuloso, confuso» y también «luz débil de la luna». En poco tiempo, Gu Cheng se convirtió en una celebridad internacional y viajó por el mundo acompañado por su esposa Xie Ye. Luego los dos se asentaron en Auckland, Nueva Zelanda, donde Gu Cheng enseñó idioma chino en la universidad. En 1988 la pareja compró una pequeña y destartalada casa en una isla del Golfo de Hauraki en la costa de Auckland y comenzaron a llevar una existencia de pobres.

En octubre de 1993 Gu Cheng atacó a su esposa con un hacha y después él se ahorcó. Ella falleció cuatro horas más tarde en un hospital. Él tenía treinta y siete años; ella, treinta y cinco. Todavía existe mucho debate acerca de lo que sucedió realmente aquel día.

Gu Cheng llevaba con frecuencia un pedazo de tela recortada de una pierna de pantalón jean como gorra. Con esa «gorra» aparece en la portada de uno de sus libros. A la edad de tres años él inventó su propio lenguaje, pero nadie le entendía. Él mismo expresó: «La oscura noche me dio estos ojos oscuros, pero yo los usaré para buscar la luz». La mayor parte de los poemas, dibujos y grabaciones de sus ejecuciones musicales al piano están esparcidos en colecciones limitadas. Se calcula que llegó a escribir más de dos mil poemas. En los años previos a su partida al extranjero (abandonó China en mayo de 1987) Gu Cheng tenía la costumbre de conservar sus poemas y transcribirlos en cuadernos. Decía que escribir era su forma de respirar.


En un camino de greda en invierno


Fue en un camino de greda, en invierno,
alineado con piedras.
El polvo estaba quieto bajo un sol
indiferente conservando el calor
en el frio invierno.
Cansado de caminar dijiste:
“No ves que la casa está vacía,
tal vez se han ido, sentémonos un momento
sobre este muro. “

Supe de la hierba seca sobre el terraplén,
con sus hojas rotas ofreciendo
todo lo que tienen, sus sentimientos,
diciéndome:
“En la noche todo cambia.
La suave brisa puede convertirse en bestia,
un grito perdido tras un grito salvaje”
Dijeron: no te sientes mucho tiempo,
pero dormiste plácidamente sobre mi hombro,
tu castaño pelo sobre mi pecho
plácidamente,
tan cansados aun para estirar la brisa.
El sol no puede esperar.
Como el apaleado ojo
he perdido el lenguaje para despertarte.

Fue en un camino de greda, en invierno,
la noche crecía en sombras.
La primera estrella no lloraba;
guardaba sus lagrimas de oro.
Suavemente te apoyaste en mi  hombro,
en el calor de mi aliento.
Tus labios temblaron, hablando de sueños.
Lo sé, pedias perdón a tu madre.

 Verano sobre el pavimento


El llanto duró toda la noche,
cuando el sol salió
las gotas de lluvia brillaban
mas que el vapor que huía.
No limpié el vidrio,
supe que el cielo era azul
y los arboles estaban afuera,
comparando sus cabellos,
golpeando sus castañuelas
fingiendo ser inmensos insectos predadores.

Todo esta tan lejos.

Una vez fueron tan frágiles
como una cigarra en la mañana
con sus alas mojadas,
las gruesas hojas, eramos jóvenes
que nada sabíamos,
nada esperábamos conocer,
sabiendo sólo que los sueños son deriva
y nos conducen al dia con nubes
que caminan en el viento
y el agua del lago puede recogerse en un espejo brillante,
vimos el verde de las hojas verdes
y no quiero saber de no haber
limpiado el vidrio,
verdes olas de tinta ascienden el verano
y el otoño golpea los remos
y los peces arrojan un brillo corriente
una risa roja color traje de baño
descolorida.

Todo es tan lejano
que el verano aun dura
y el llanto se ha detenido.

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