Gaur egungo antropologiaren inguruko ikerketek adierazten dutenez, gizakia beste animaliengandik bereizten duten zenbait elementuren artean sormena, abstrakzioa eta irudimena bezalako gaitasunak dira. Horiek guzti horiek dira, hain zuzen ere, arte deitu izan den ekimenaren jatorrizko tresna batzuk.
Nire helburua blog honetan ikasle eta irakasleentzat materiala ipintea da; denon artean euskeraz dagoena gehitzeko, eta ez dagoena beste hizkuntzetan ikusi gero egokitzeko.
El gran poeta Rafael Alberti nación en el año 1902 en la localidad de El Puerto de Santa María, provincia de Cádiz en una familia que pese a haber sido muy pudiente no pasaba por sus mejores momentos económicos. Cuando el joven Rafael tenía 15 años la familia entera se va a vivir a Madrid lo que provoca una enorme añoranza del mar en el por entonces incipiente poeta gaditano que echaba en falta la proximidad del océano.
En sus inicios, parecía más inclinado a la creación pictórica, afición que siguió cultivando hasta el fin de sus días, pero una enfermedad pulmonar le obligó a pasar bastante tiempo postrado en una cama y desde entonces la poesía y él fueron uno.
En Madrid, en la Residencia de Estudiantes conoce a la mayoría de escritores destacados de la época y traba amistad con ellos.
Más tarde estalla la guerra civil y Alberti, reconocido comunista y activista, se ve forzado a exiliarse cuando ésta acaba estableciéndose en Argentina en donde continuó escribiendo y pintando hasta que, previo paso por Roma volvió a España en el año 1978. De ahí en adelante fueron múltiples los reconocimientos a su obra, destacando entre todos ellos el premio Cervantes concedido en 1983, por una brillante carrera como poeta y dramaturgo.
Finalmente, en 1999 a los 96 años de edad, una parada cardiorrespiratoria acaba con su vida en su propia localidad de El Puerto de Santa María, en la que al menos pudo contemplar a su amigo el mar hasta los últimos instantes de su estancia entre nosotros.
Se equivocó la paloma, Se equivocaba; Por ir al norte fue al sur Creyó que el trigo era agua, Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo Que la noche la mañana; Se equivocaba, se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío Que la calor, la nevada; Se equivocaba, se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa Que tu corazón su casa; Se equivocaba, se equivocaba.
Ella se durmió en la orilla Tu en la cumbre de una rama. Se equivocaba, se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa Que tu corazón su casa; Se equivocaba, se equivocaba. Se equivocaba, se equivocaba.
Francisca Aguirre nació en Alicante el 27 de octubre de 1930. Su padre era el pintor Lorenzo Aguirre. A Francisca le tocó pasar la niñez y la juventud en plena guerra civil pero la posguerra fue todavía más dura ya que a finales de 1940 su padre fue encarcelado, primero en la prisión de Hondarribia, en San Sebastián y más tarde en la de Porlier, en Madrid, tanto Francisca como sus hermanas fueron de un colegio de monjas para hijos de presos políticos a otro. En 1942 la dictadura del régimen del general Franco lo condenó a muerte y lo ejecutó mediante garrote vil en la prisión de Porlier. Las tres niñas volvieron a la casa que, en 1940, alquiló su abuela materna en la calle de Alenza, nº 8 y en la que Francisca sigue viviendo. La Guerra Civil y la muerte de su padre marcaron para siempre su vida y la vida de toda su familia. Empezó a trabajar a los 15 años y lo hizo en la industria privada desde 1945 hasta 1963 pero nunca abandonó su profunda formación autodidacta. Se hizo socia del Ateneo de Madrid y empezó a acudir a distintas tertulias literarias, por un lado la tertulia poética del Aula Pequeña del Ateneo, dirigida por el poeta José Hierro, y por otro la tertulia teatral del Café Gijón liderada por el dramaturgo Antonio Buero Vallejo. En 1957, en una de las sesiones de la Tertulia del Aula Pequeña del Ateneo, conoció al poeta Félix Grande, con el que se casó en 1963. En 1965 nació la hija de ambos, Guadalupe Grande, también poeta. En una de las tertulias conoció al poeta Luis Rosales quien, a partir de ese momento, se convirtió en un maestro de vida y pensamiento, este le pidió que formase parte del equipo de redacción del diccionario enciclopédico que dirigía junto a Dámaso Alonso. Aunque no había dejado de escribir poesía, la influencia de estos grandes de la literatura la llevará a quemar su obra anterior y escribir el libro de poemas Ítaca y con el que obtuvo en 1971 el premio de poesía Leopoldo Panero. A partir de 1971 trabajó en el Instituto de Cultura Hispánica como secretaria de Luis Rosales. En 1977 recibe el premio Ciudad de Irún por su libro Los trescientos escalones. A partir de ahí no dejó de publicar y recibir premios, tanto poesía como La otra música, Premio Galiana, como relatos Que planche Rosa Luxemburgo. En 1995 publicó su libro de recuerdos titulado Espejito, espejito y ese mismo año obtuvo el XV Premio Esquío de Poesía con su libro titulado Ensayo general. Falleció en Madrid el 13 de abril de 2019.
Hace tiempo
eta ni ziur nengoelarik egun batez aita itzuliko zela
eta, margolanaren asto aurrean hura kantuz aritzean,
ontziak geldirik geratuko zirela kaian
eta esne-gain aurpegiz aterako zela ilargia.
Baina ez zen inoiz itzuli.
Haren margolanak geratzen dira soilik,
haren paisaiak, haren batelak,
haren pintzelek zeukaten argi mediterraneoa,
eta neska koskor bat kai urrun batean zain
eta emakume bat, badakiena hildakoak ez direla hiltzen.
Recuerdo que una vez, cuando era niña, me pareció que el mundo era un desierto. Los pájaros nos habían abandonado para siempre: las estrellas no tenían sentido, y el mar no estaba ya en su sitio, como si todo hubiera sido un sueño equivocado.
Sé que una vez, cuando era niña, el mundo fue una tumba, un enorme agujero, un socavón que se tragó a la vida, un embudo por el que huyó el futuro.
Es cierto que una vez, allá, en la infancia, oí el silencio como un grito de arena. Se callaron las almas, los ríos y mis sienes, se me calló la sangre, como si de improviso, sin entender por qué, me hubiesen apagado.
Y el mundo ya no estaba, sólo quedaba yo: un asombro tan triste como la triste muerte, una extrañeza rara, húmeda, pegajosa. Y un odio lacerante, una rabia homicida que, paciente, ascendía hasta el pecho, llegaba hasta los dientes haciéndolos crujir.
Es verdad, fue hace tiempo, cuando todo empezaba, cuando el mundo tenía la dimensión de un hombre, y yo estaba segura de que un día mi padre volvería y mientras él cantaba ante su caballete se quedarían quietos los barcos en el puerto y la luna saldría con su cara de nata.
Pero no volvió nunca. Sólo quedan sus cuadros, sus paisajes, sus barcas, la luz mediterránea que había en sus pinceles y una niña que espera en un muelle lejano y una mujer que sabe que los muertos no mueren.
Sylvia Plath nació el 27 de octubre de 1932 en Jamaica Plain, Massachusetts.
Padres
Hija
de Aurelia Schober, estadounidense de origen austríaco, y de Otto
Plath, original de Grabow, Alemania. Su padre de era entomólogo y
profesor de biología en la Universidad de Boston. Fue criada en el seno
de una familia de clase media.
Estudios
Cursó estudios en
la Universidad de Smith y, con una beca Fulbright en la de Cambridge.
Tras recibir terapia contra la depresión, Plath realizó
su primer intento de suicidio a finales de agosto 1953 ingiriendo una
sobre dosis de las pastillas para dormir de su madre.
Conoció al poeta británico Ted Hughes el 25 de febrero de 1956. Se casaron el 16 de junio de 1956, en Londres, y pasaron su luna de miel en Benidorm, España.
Libros
Su primer libro, El coloso (1960), expone la meticulosidad de su estilo. Ariel
(1965) está considerado como su mejor libro de poemas que, al igual que
su poesía posterior publicada después de su suicidio, refleja un
ensimismamiento.
La campana de cristal (1963), novela que se editó bajo el seudónimo de Victoria Lewis, es un relato autobiográfico. Su correspondencia, Cartas a casa, 1950-1963, fue publicada en 1975. Poemas completos, ganó el Premio Pulitzer en 1982 y fue editado por su marido en el año 1981. Otras obras, editadas póstumamente, son Cruzando el agua (1971), Árboles de invierno (1972) y Johnny Panic y la Biblia de sueños, libro de cuentos.
Muerte
A principios de 1963, se radicó en un apartamento de Londres
sin apenas dinero y dedicando sus últimos meses a la poesía. Poco
después de cumplir los treinta años, el 11 de febrero de 1963, Sylvia Plath dejó a sus dos hijos Frieda y Nicholas (de tres y un año respectivamente) dormidos, metió la cabeza en el horno y se suicidó.
Epitafio
Su epitafio, "Incluso en medio de las llamas feroces se puede plantar loto dorado", es una cita del libro Monkey escrito por Wu Cheng'en
en el siglo XVI.
Carta de amor
No es fácil expresar lo que has cambiado. Si ahora estoy viva entonces muerta he estado, aunque, como una piedra, sin saberlo, quieta en mi sitio, mi hábito siguiendo. No me moviste un ápice, tampoco me dejaste hacia el cielo alzar los ojos en paz, sin esperanza, por supuesto, de asir los astros o el azul con ellos.
No fue eso. Dormí: una serpiente como una roca entre las rocas hiende el intervalo del invierno blanco, cual mis vecinos, nunca disfrutando del millón de mejillas cinceladas que a cada instante para fundir se alzan las mías de basalto. Como ángeles que lloran por la gente tonta hacen lágrimas que se congelan. Los muertos tenían yelmos helados. No les creo.
Me dormí como un dedo curvo yace. Lo primero que vi fue puro aire y gotas que se alzaban de un rocío límpidas como espíritus. y miro densas y mudas piedras en tomo a mí, sin comprender. Reluzco y me deshojo como mica que a sí misma se escancie, igual que un líquido entre patas de ave, entre tallos de planta. Mas no pienses que me engañaste, eras transparente.
Árbol y piedra nítidos, sin sombras. Mi dedo, cual cristal de luz sonora. Yo florecía como rama en marzo: una pierna y un brazo y otro brazo. De piedra a nube iba yo ascendiendo. A una especie de dios ya me asemejo, hiende el aire la veste de mi alma cual pura hoja de hielo. Es una dádiva.
Espejo
Soy de plata y exacto. Sin prejuicios. Y cuanto veo trago sin tardanza tal y como es, intacto de amor u odio. No soy cruel, solamente veraz: ojo cuadrangular de un diosecillo. En la pared opuesta paso el tiempo meditando: rosa, moteada. Tanto ha que la miro que es parte de mi corazón. Pero se mueve. Rostros y oscuridad nos separan
sin cesar. Ahora soy un lago. Ciérnese sobre mí una mujer, busca mi alcance. Vuélvese a esos falaces, las luciérnagas de la luna. Su espalda veo, fielmente la reflejo. Ella me paga con lágrimas y ademanes. Le importa. Ella va y viene. Su rostro con la noche sustituye las mañanas. Me ahogó niña y vieja
Zilarrezkoa naiz eta zehatza. Ez dut aurreritzirik.
Ikusten dudan guztia irentsi egiten dut segituan
Bere hartan, maitasun edo gaitzespenaren lausorik gabe.
Ez naiz krudela, soilik egiatia:
Jaungoiko ttipi baten begia, lau ertzetakoa.
Denborarik gehiena aurreko hormaz hausnartzen joaten zait.
Arrosa da, tantoekin.
Hain luzaro egon natzaio begira
Nere bihotzaren zati bat dela uste dut. Baina gora-beherak ditu.
Aurpegiek eta iluntasunak banandu egiten gaituzte behin eta berriro.
Aintzira bat naiz orain. Andre bat nigana makurtzen da,
Zer ote den bera zinez nere luze-zabalean aztertuz.
Gero gezurti horiengana bihurtzen da: kandela edo ilargiari buruz.
Bere bizkarra ikusi eta isladatu, egiten dut fidelki.
Eskuak astinduz eta malkoekin saritzen nau.
Inportantea naiz berarentzat. Etorri eta joan egiten zait.
Bere aurpegiak hartzen du goizero iluntasunaren lekua.
Neska gazte bat ito du nigan, eta nigan hartzen dio gaina
Andre zahar batek,
egunez egun, arrain
izugarri baten modura.
Electra en la Senda de las Azaleas
El día de tu muerte me sumí en la tierra,
en el oscuro refugio donde las abejas,
a rayas oro y negras, aguantan el temporal
como piedras hieráticas y el terreno es firme.
Fue bueno hibernar esos veinte años:
como si nunca hubieras existido, como si hubiera llegado
al mundo engendrada por Dios en el vientre de mi madre:
su amplio lecho portaba el estigma de lo divino.
Nada tenía que ver con la culpa ni con nada
cuando me acurruqué bajo el corazón de mi madre.
Diminuta cual muñeca con mi vestido de inocencia,
al dormir soñaba tu epopeya, imagen a imagen.
Nadie moría o envejecía en aquel tiempo.
Todo sucedía entre una perenne blancura.
El día que desperté, desperté en Churchyard Hill.
Hallé tu nombre, hallé tus huesos y demás
consignados en una angosta necrópolis
y tu lápida jaspeada inclinada junto a una valla.
En este albergue de caridad, esta casa de pobres, donde los muertos
se agolpan pie contra pie, cabeza contra cabeza, ninguna flor
quiebra la tierra. Es la Senda de las Azaleas.
Hacia el sur, se abre un campo de bardanas.
Te cubren dos metros de grava amarilla.
La salvia roja artificial permanece inmóvil
en la cesta con siemprevivas de plástico que pusieron
sobre la tumba junto a la tuya. Tampoco se pudre
aunque la lluvia disuelva un tinte sangriento:
los pétalos falsos gotean y gotean rojo.
Es otra la clase de rojo que me preocupa:
Cuando tus velas bebieron el aliento de mi hermana
el mar calmo fue púrpura como ese paño viciado
que mi madre desplegó en tu última venida.
Me apoyo en una antigua tragedia.
Lo cierto es que, a finales de un mes de octubre,
con mi primer llanto,
un escorpión se atravesó la cabeza, mal presagio.
Mi madre soñaba tu rostro en el mar.
Los pétreos actores, en sus puestos, se toman un respiro.
Traje mi amor como ofrenda y entonces moriste.
Fue la gangrena lo que te devoró hasta los huesos,
dijo mi madre. Moriste como cualquier otro hombre.
¿Cómo podría yo madurar en tal estado mental?
Soy el fantasma de una infame suicida
y mi propia navaja azul aún se me oxida en la garganta.
Oh, perdona a aquella que acude buscando perdón
a tu puerta, padre: tu perra, tu hija, tu amiga.
Fue mi amor el que nos empujó a ambos a la muerte.
La poetisa del modernismoAlfonsina Storni, nació el 29 de mayo de 1892 en Capriasca, Suiza. Era la tercera hija deAlfonso Storni y Paulina Martignoni.
Sus padres se habían mudado a Suiza en 1891, luego de ser dueños de una cervecería en San Juan, Argentina. Tenía dos hermanos mayores Romeo y María.
A los cuatro años de edad, retorna con sus padres a San Juan, donde nace su hermano Hildo. Vivieron una mala situación económica, tomando la decisión de mudarse en 1901 a Rosario.
Una vez allí, montaron un Café suizo donde Alfonsina trabajaba limpiando y atendiendo a los clientes.
Su primer poema lo escribió a los 12 años y estaba inspirado en la muerte. Lo colocó debajo de la almohada de su madre, quien al leerlo le propinó varios capirotazos en la cabeza, explicándole que la vida es bella.
Su padre era un hombre alcohólico y depresivo, quien murió en 1906. Para esa época, Storni no paraba de escribir poemas. Su madre se volvió a casar y se mudó a Butinza, donde daba clase de canto y música.
ENTRE LA DOCENCIA Y LA POESÍA
Alfonsina se fue a Coronda para estudiar en el Magisterio y comenzó a trabajar de vigilante en la escuela costear sus gastos. Al darse cuenta que lo que gana no le alcanza comienza a cantar como corista en un teatrillo en Rosario.
Fue maestra en la Escuela Normal de Lenguas Vivas y en el Teatro Infantil Lavardén y como directora del internado de Marcos Paz.
Participó en revistas famosas como Mundo Rosarino, Monos y Monadas, Caras y Caretas, Nosotros, La Nota y también en el periódico La Nación. Obtuvo varios premios literarios y compartió sus ideas literarias con grandes escritores.
Las letras de Storni concurrieron entre dos etapas. La primera con aires modernitas donde relucen La quietud del rosal (1916), El dulce daño (1918), Languidez(1920), y Ocre(1920).
La segunda etapa basada en un visión irónica, oscura y angustiosa, donde escribe Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Incursionó en el Teatro de Cervantes con “El amo y el mundo” y “Dos farsas pirotécnicas”.
Tuvo un hijo: Alejandro, quien nació el 21 de abril de 1912, cuyo padre era desconocido.
FINALMENTE SE DEJÓ ABRAZAR POR EL MAR
Alfonsina sufría de nervios, ataques de pánico y ansiedad. Fue diagnosticada con cáncer de mama en mayo de 1935, lo que empeoró su situación mental.
Es sometida a tratamientos dolorosos y se convierte en una persona retraída y con mucho temor por la muerte.
Storni consideraba el suicidio como una elección propia y en varias ocasiones sus pensamientos de muerte la llevaron a escribir poemas y hasta una canción llamada “Alfonsina y el mar”, la cual fue un presagio de su muerte.
El 25 de octubre de 1938, encontraron su cuerpo sin vida en la playa La perla, en el Mar del Plata. Finalmente se dejó abrazar por el agua de ese mar profundo y ancho que tanto le fascinaba.
Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires.
Pudiera ser
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer…
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna… Ah, bien pudiera ser…
A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero, se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo esto mordiente, vencido, mutilado,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.
Esta noche al oído me has dicho dos palabras Comunes. Dos palabras cansadas De ser dichas. Palabras Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba Filtrando entre las ramas Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras ?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!? Tan dulces y tan mansas Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas Que nerviosos, mis dedos, Se mueven hacia el cielo imitando tijeras. Oh, mis dedos quisieran Cortar estrellas.
Antes de terminar estudios de Derecho publicó el primer libro de poemas, "O Caminho para a Distancia" que le abrió las puertas de la fama. Viajó a Inglaterra, estudió Literatura Inglesa en Oxford y posteriormente ingresó a la vida diplomática prestando servicios en Estados Unidos, Francia y Uruguay. En 1956 escribió la obra de teatro "Orfeu da Conceição" llevada al cine bajo el título de "Orfeo Negro", ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 1958 y el Oscar en 1959. "Nuevos Poemas II" publicado en la década de los años ochenta, contiene sus mejores poemas. En contraste con su sólida educación, llevó por varios años una vida bohemia que le valió la expulsión del servicio diplomático. Se caso 9 veces. Falleció en Rio de Janeiro en 1980
Ausencia
Dejaré que muera en mí el deseo de amar tus ojos dulces, porque nada te podré dar sino la pena de verme eternamente exhausto. No obstante, tu presencia es algo como la luz y la vida. Siento que en mi gesto está tu gesto y en mi voz tu voz. No quiero tenerte porque en mi ser todo estará terminado. Sólo quiero que surjas en mí como la fe en los desesperados, para que yo pueda llevar una gota de rocío en esta tierra maldita que se quedó en mi carne como un estigma del pasado. Me quedaré... tu te irás, apoyarás tu rostro en otro rostro, tus dedos enlazarán otros dedos y te desplegarás en la madrugada, pero no sabrás que fui yo quien te logró, porque yo fui el amigo más íntimo de la noche, porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche y escuché tus palabras amorosas, porque mis dedos enlazaron los dedos en la niebla suspendidos en el espacio y acerqué a mí la misteriosa esencia de tu abandono desordenado. Me quedaré solo como los veleros en los puertos silenciosos. Pero te poseeré más que nadie porque podré irme y todos los lamentos del mar, del viento, del cielo, de las aves, de las estrellas, serán tu voz presente, tu voz ausente, tu voz sosegada.
Mira que cosa hermosa
mas lleno de gracia
es ella chica
que viene y que pasa
En el dulce columpio, camino al mar
chica con el cuerpo dorado
El sol de Ipanema
Tu swing es más que un poema
Es la cosa más hermosa que he visto pasar
oh, ¿por qué estoy tan solo?
Oh, porque todo es tan triste
Ah, la belleza que existe
La belleza que no es solo mía
Que también pasa solo
oh si ella supiera
Que cuando ella pasa
El mundo entero esta lleno de gracia
Y se pone mas hermoso
Por amor
Edna St. Vincent Millay fue una poeta popular, conocida por su estilo de vida bohemio (poco convencional). También fue dramaturga y actriz. Vivió del 22 de febrero de 1892 al 19 de octubre de 1950. A veces publicó como Nancy Boyd, E. Vincent Millay o Edna St. Millay. Su poesía, de forma bastante tradicional pero de contenido aventurero, reflejaba su vida al tratar con franqueza el sexo y la independencia de las mujeres. Un misticismo de la naturaleza impregna gran parte de su obra.
Primeros años
Edna St. Vincent Millay (22 de febrero de 1892 – 19 de octubre de 1950) fue una poetisa lírica y dramaturga estadounidense y la primera mujer en recibir el Premio Pulitzer por poesía. También se la conoce por su estilo de vida bohemio y sus numerosas relaciones amorosas. Usaba el pseudónimo Nancy Boyd para su trabajo en prosa.
Su madre, Cora Buzzelle Millay, era enfermera y su padre, Henry Tolman Millay, profesor.
Los padres de Millay se divorciaron en 1900 cuando ella tenía ocho años, al parecer debido a los hábitos de juego de su padre. Ella y sus dos hermanas menores fueron criadas por su madre en Maine, donde desarrolló un interés por la literatura y comenzó a escribir poesía.
Los talentos literarios de Edna comenzaron a florecer en la Escuela Secundaria, en la medida que publicaba en revistas y periódicos de Camden. En 1912 concursó en The Lyric Year con su poema “Renascence”. A pesar de que todas las espectativas estaban a favor de su poema, Edna ocupó el cuarto lugar. El incidente se volvió escándalo y su obra acaparó más publicidad.
En una lectura de poesía, una mujer adinerada llamada Caroline B. Dow escuchó a la joven poeta y quedó tan impresionada que le ofreció pagarle los estudios superiores. Así fue que Edna Millay se educó en Vassar College. Después de su graduación, en 1917, se mudó a la Ciudad de New York, donde vivió una vida bohemia compartiendo con los pintores, escritores y poetas en pleno desarrollo, y con los ya establecidos y de moda. Ganó el Pulitzer con su libro “The Harp-Weaver, and Other Poems”.
Edna fue una mujer de grandes pasiones. Amó a hombres y mujeres con la misma intensidad, y se sabe que su matrimonio con Eugene Jan Boissevain en 1923 fue una relación abierta y de entendimientos mutuos. El era un hombre de 43 años que la apoyó en su trabajo creativo y consintió en sus, para la época, extravagancias. La pareja vivió en la finca Steepletop en Austerlitz, New York, donde recibían amigos por temporadas. Edna le sobrevivió cuando él murió de cáncer en los pulmones, falleciendo ella un año después.
NUNCA HA DE ARRANCARSE LA FRUTA
Nunca, nunca jamás ha de arrancarse la fruta de las ramas
y amontonarla en toneles.
El que quiera comer del amor ha de comerlo en el sitio.
Aunque las ramas se doblen como juncos,
aunque la fruta madura manche la hierba o se arrugue en el árbol,
el que quiera comer del amor debe llevarse con él
solamente lo que le quepa en la panza,
nada en el delantal,
nada en los bolsillos.
Nunca, nunca jamás ha de cogerse la fruta de la rama
y almacenarla en toneles.
El invierno del amor es una bodega de arcones vacíos
en un huerto que mulle el deterioro
El amor no lo es todo
El amor no lo es todo: no es comida ni bebida
Ni sueño ni un techo sobre tu cabeza contra la lluvia;
Ni una tabla que flota para los hombres que se hunden
Y se alzan y se hunden y se alzan y vuelven a hundirse;
El amor no puede llenar de aire el pulmón herido
Ni limpiar la sangre ni soldar el hueso partido;
Aun así, en este instante en que te hablo
Muchos hombres se acercan a la muerte sólo por falta de amor.
Podría ser que en un momento difícil,
Atrapada en el dolor y suplicando ser liberada
O llevada por la necesidad más allá del poder de mi voluntad,
Vendiese yo tu amor por un poco de paz,
O cambiara la memoria de esta noche por comida.
Podría ser. Pero no creo que lo hiciera.
EROSTAK
Entzun, umeok:
Aita hil da.
Haren beroki zaharrez
Egingo dizkizuet jakatxoak;
Egingo dizkizuet prakatxoak
Haren galtza zaharrez.
Egongo dira sakeletan
Gorde ohi zituen zenbait gauza,
Giltzak eta xentimoak
Tabakoz estaliak;
Danentzat xentimoak
Itsulapikoan sar ditzan;
Annerentzat giltzak
Egin dezan hots polit bat.
Bizitzak jarraitu behar du
Eta hildakoak ahaztu;
Bizitzak jarraitu behar du,
Gizon onak hil arren;
Anne, gosaria jan;
Dan, hartu botika;
Bizitzak jarraitu behar du;
Ahaztu zait zergatik.
Lamento
Escuchen, niños: vuestro padre ha muerto. De sus sacos raídos les haré chaqueticas; les haré pantaloncitos de sus viejos pantalones. Habrá en sus bolsillos cosas que solía poner allí, llaves y centavos cubiertos de tabaco; Dan tendrá los centavos para ahorrar en su alcancía; Anne tendrá las llaves para hacer un bello sonido. La vida debe continuar, y la muerte ser olvidada; la vida debe continuar, aunque los hombres buenos mueran; Anne, come tu desayuno; Dan, toma tu medicina; la vida debe continuar; aunque olvidé por qué.
Dramaturgo y autor de relatos, Antón Chéjov es un de los escritores más destacados de la literatura rusa del siglo XIX. La crítica moderna considera a Chéjov uno de los maestros del relato. Y dentro del teatro ruso se le considera como un representante fundamental del naturalismo moderno.
Sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son una crítica constante de la sociedad que le tocó vivir, la Rusia anterior a la revolución de 1905, donde refleja la inquietud de sus personajes por crear un mundo mejor… y su frustración. Para presentar estos temas, Chéjov desarrolló una nueva técnica dramática, que él llamó de “acción indirecta”. Para ello diseccionaba los detalles de la caracterización e interacción entre los personajes más que el argumento o la acción directa. En una obra de teatro de Chéjov muchos acontecimientos dramáticos importantes tienen lugar fuera de la escena y lo que se deja sin decir es muchas veces más importante que las ideas y sentimientos expresados.
Maestro en el tacto emocional y el dibujo de los personajes, con inclinación al miramiento crítico en unos textos impregnados de sensibilidad y sentido del humor, Chéjov falleció en 1904 causa de la tuberculosis que padeció durante toda su vida.
Elizabeth Bishop nació en Worcester, el8 de febrero de 1911. Poco antes de cumplir un año se fue a vivir con sus abuelos a Nueva Escocia, después del brusco fallecimiento de su padre y de que su madre hubiese sido internada en un hospital psiquiátrico.
La poesía la encontró pronto. Comenzó publicando poemas en una revista estudiantil. A los 22 años fundó con las escritoras Mary McCarthy, Margaret Miller y Eunice y Eleanor Clark la revista "Con Spirito", que tuvo un interesante impacto en la literatura de la época. Y poco a poco fue haciéndose un nombre. Fuertemente influenciada por la obra de Marianne Moore, quien la ayudó a insertarse en el círculo intelectual de la Cornell Medical School.
En 1956 le concedieron el Premio Pulitzer, al que le siguieron el National Book Award y otros premios importantes, que la ayudaron a mantenerse económica. Cabe mencionar que fue la primera mujer en ser condecorada con el Premio Internacional Neustadt de Literatura.
En lo que respecta a su vida sentimental, Bishop tuvo dos relaciones duraderas a lo largo de su vida. Con Lota de Macedo Soares, vivió por más de 15 años. Su otra pareja importante fue Alice Methfessel, quien se hizo cargo de los derechos de autoría de Bishop cuando ella ya no estuvo.
Bishop falleció en Boston el 6 de octubre de 1979. Tenía 68 años