Gaur egungo antropologiaren inguruko ikerketek adierazten dutenez, gizakia beste animaliengandik bereizten duten zenbait elementuren artean sormena, abstrakzioa eta irudimena bezalako gaitasunak dira. Horiek guzti horiek dira, hain zuzen ere, arte deitu izan den ekimenaren jatorrizko tresna batzuk.
Nire helburua blog honetan ikasle eta irakasleentzat materiala ipintea da; denon artean euskeraz dagoena gehitzeko, eta ez dagoena beste hizkuntzetan ikusi gero egokitzeko.
Que la pandemia tendrá consecuencias que
transformarán al conjunto de la sociedad en una zona de seguridad, en una
cuarentena permanente en la que cada uno será tratado como un potencial
portador del virus. Europa y Estados Unidos están perdiendo todo su esplendor
en medio de la pandemia. Van a los tumbos. Parece que son incapaces de
controlar la epidemia. En Asia, lugares como Taiwán, Hong Kong, Singapur, Corea
del Sur o Japón supieron controlarla con relativa rapidez. ¿A qué se debe esto?
¿Qué ventajas sistémicas evidencian los países asiáticos? En Europa y en
Estados Unidos el virus se encuentra con una sociedad liberal en la que se
propaga sin esfuerzo. ¿Acaso el liberalismo tiene la culpa del fracaso europeo?
¿Será que el virus se siente a gusto en el sistema liberal?
Pronto se impondrá la idea de que la lucha
contra la pandemia indica actuar a pequeña escala, es decir, poniendo el foco
en la persona, el individuo. Pero el liberalismo no permite fácilmente un
procedimiento de este tipo. Una sociedad liberal se compone de individuos con
libertad de acción que no autorizan la injerencia estatal. La sola protección
de datos impide la vigilancia a pequeña escala de las personas. La sociedad
liberal no contempla la posibilidad de hacer de las personas, individualmente,
el objeto de la vigilancia, por eso no le queda más remedio que el shutdown,
con consecuencias económicas masivas. Occidente llegará pronto a una conclusión
fatal: que lo único capaz de evitar el cierre total es una biopolítica que
permita tener acceso ilimitado al individuo. Occidente concluirá que la
protegida esfera privada es justamente lo que ofrece refugio al virus. Pero
reconocer esto significa el fin del liberalismo.
Los asiáticos están combatiendo el virus con
un rigor y una disciplina que para los europeos resulta inconcebible. La
vigilancia se centra en cada persona en forma individual, y esto constituye la
principal diferencia con la estrategia europea. Los rigurosos procedimientos
asiáticos recuerdan a aquellas medidas disciplinarias adoptadas en la Europa
del siglo XVII para combatir la epidemia de la peste. Michel Foucault las
describió de manera impactante en su análisis de la sociedad disciplinaria. Las
casas se cierran por fuera y las llaves se entregan a las autoridades. Se
condena a muerte a quienes violan la cuarentena. Se mata a los animales que
andan sueltos. La vigilancia es total. Se exige obediencia incondicional. Se
vigila cada casa en forma individual. Durante los controles, todos los
habitantes de una casa deben asomarse por las ventanas. A quienes viven en
casas que dan a patios traseros se les asigna una ventana al frente por la cual
asomarse. Llaman a cada persona por su nombre y le preguntan por su estado de
salud. Quien miente se expone a la pena de muerte. Se establece un sistema de
registro total. El espacio se vuelve una red anquilosada de células
impermeables. Cada quien está atado a su lugar. Cualquiera que se mueva pone en
riesgo su vida.
En el siglo XVII Europa devino en una sociedad
disciplinaria. El poder biopolítico penetra hasta en los más mínimos detalles
de la vida. Toda la sociedad se transforma en un panóptico, es atravesada por
la mirada panóptica. El recuerdo de esas medidas disciplinarias se ha desvanecido
por completo en Europa. En realidad, eran medidas mucho más rigurosas que las
que toma China ante esta pandemia. Pero se podría decir que la Europa de los
siglos XVII y XVIII es la China actual. Entretanto, China ha creado una
sociedad disciplinaria digital con un sistema de crédito social que permite una
vigilancia biopolítica y un control sin fisuras de la población. Ni un solo
momento de la vida cotidiana escapa a la observación. Se monitorea cada clic,
cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales. Se utilizan
200 millones de cámaras de vigilancia con reconocimiento facial. Quien cruza un
semáforo en rojo, tiene contacto con personas opositoras al régimen o publica
comentarios críticos en las redes sociales vive en peligro. Quienes, en cambio,
compran comida sana o leen los periódicos oficialistas, son recompensados con
créditos baratos, seguros de salud o visas de viaje. En China esta vigilancia
total es posible porque no existe restricción alguna al intercambio de datos
entre los proveedores de internet y de telefonía móvil y las autoridades. Así
que el Estado sabe dónde estoy, con quién me encuentro, qué estoy haciendo en
este momento, qué ando buscando, en qué pienso, qué compro, qué como. Es muy
probable que en el futuro el Estado también controle la temperatura corporal,
el peso, los niveles de azúcar en sangre, etc.
En la lucha contra el virus, el individuo es
vigilado individualmente. Una aplicación le asigna a cada persona un código QR
que indica con colores su estado de salud. El color rojo indica una cuarentena
de dos semanas. Solo pueden moverse libremente quienes puedan mostrar un código
verde. No es solo China, otros países asiáticos también implementan la
vigilancia individual. Para detectar personas potencialmente infectadas se
cruzan los más diversos datos. El gobierno de Corea del Sur está considerando
incluso la posibilidad de obligar a las personas que entran en cuarentena a
llevar un brazalete digital que permita controlarlas las 24 horas del día.
Hasta ahora ese método de vigilancia estaba reservado para quienes habían
cometido delitos sexuales. De modo que, frente a la pandemia, cada individuo es
tratado como un criminal en potencia.
El feudalismo digital
El modelo asiático para combatir el virus no
es compatible con el liberalismo occidental. La pandemia pone en evidencia la
diferencia cultural entre Asia y Europa. En Asia sigue imperando una sociedad
disciplinaria, un colectivismo con fuerte tendencia al disciplinamiento. Se
aplican sin más medidas disciplinarias radicales que encontrarían fuerte
rechazo por parte de los europeos. No se las percibe como restricción de los
derechos individuales sino como cumplimiento de deberes colectivos. Países como
China y Singapur tienen un régimen autocrático. Hasta hace pocas décadas
también en Corea del Sur y Taiwán prevalecían condiciones autocráticas. Los
regímenes autoritarios hacen de las personas sujetos disciplinarios, las educan
para la obediencia. Y Asia está marcada por el confucianismo, que dicta la
obediencia incondicional a la autoridad. Todas estas peculiaridades asiáticas
resultan ventajas sistémicas para contener la epidemia. ¿Será que la sociedad
disciplinaria asiática terminará imponiéndose a escala global a la luz de la
pandemia?
Ni siquiera es necesario remitirse a Asia para
señalar el peligro que la pandemia representa para el liberalismo occidental.
La vigilancia panóptica no es un fenómeno exclusivamente asiático. Ya estamos
viviendo en un panóptico digital global. Las redes sociales también se parecen
cada vez más a un panóptico que vigila y explota sin piedad a los usuarios. Nos
exponemos voluntariamente. No entregamos nuestros datos por la fuerza sino por
necesidad interior. Constantemente se nos incita a compartir nuestras
opiniones, preferencias y necesidades, a comunicarnos y a contar nuestras
vidas. Después, los datos son analizados por plataformas digitales dedicadas al
pronóstico y a la manipulación de comportamientos, y explotados comercialmente
sin tregua ni cuartel.
Vivimos en un feudalismo digital. Los señores
feudales digitales como Facebook nos dan la tierra y dicen: ustedes la reciben
gratis, ahora árenla. ¡Y la aramos a lo loco! Al final, vienen los señores y se
llevan la cosecha. Así es como se explota y vigila la totalidad de la
comunicación. Es un sistema extremadamente eficiente. No existe la protesta
porque vivimos en un sistema que explota la libertad en sí misma.
El capitalismo en su conjunto se está
transformando en un capitalismo de vigilancia. Plataformas como Google,
Facebook o Amazon nos vigilan y manipulan, con el propósito de maximizar sus
ganancias. Se registra y analiza cada clic. Somos dirigidos como marionetas por
hilos algorítmicos. Pero nos sentimos libres. Asistimos a una dialéctica de la
libertad, que la vuelve servidumbre. ¿Esto todavía es liberalismo?
La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿por
qué toda esta vigilancia digital, que está teniendo lugar de todas formas,
debería detenerse ante el virus? Es probable que la pandemia haga caer ese
umbral de inhibición que venía impidiendo que la vigilancia se extendiera
biopolíticamente al individuo. La pandemia nos lleva hacia un régimen de
vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, también nuestro
cuerpo, nuestro estado de salud, se está convirtiendo en objeto de vigilancia
digital. La sociedad de la vigilancia digital está experimentando una expansión
biopolítica.
Según Naomi Klein, autora de No Logo, el shock
es un momento oportuno para instalar un nuevo sistema de dominación. El shock
pandémico hará que se imponga a nivel global una biopolítica digital que se
apodere de nuestro cuerpo con su sistema de control y vigilancia, una sociedad
disciplinaria biopolítica que vigile permanentemente hasta nuestro estado de
salud. Tampoco descartemos que vayamos a sentirnos libres en ese régimen de
vigilancia biopolítica. De hecho vamos a pensar que todas estas medidas de
vigilancia son en pos de nuestra propia salud. La dominación se completa en el
momento en que coincide con la libertad. En medio de la conmoción causada por
la pandemia, ¿se verá Occidente obligado a abandonar sus principios liberales?
¿Corremos el riesgo de volvernos una sociedad de cuarentena biopolítica que
restrinja de manera permanente nuestra libertad ? ¿Es China el futuro de
Europa?
Byung-Chul Han, filósofo de origen surcoreano
y docente en Berlín, ha sido casi integralmente traducido al castellano. Es
autor de ensayos breves como "La agonía del eros",
"Enjambre", "La sociedad del cansancio" y "Topología
de la violencia". Traducción del alemán: Carla Imbrogno.
Primera semana: resumen de la introduccion y el video 1.Distribución de la población en el mundo
La geografía de la población es la ciencia que se ocupa del estudio de la población y el espacio que ocupa dentro de un determinado territorio. En cada espacio geográfico viven un conjunto de personas que lo habitan y forman su población.
El espacio geográfico de nuestro planeta no está ocupado por igual, siendo la distribución espacial de la población muy irregular. Ello se debe, en parte, a las distintas formas de ocupar un hábitat o espacio concreto, como consecuencia de factores físicos y humanos. Para estudiar la distribución de la población tenemos la densidad de población que mide el número de habitantes por km2.
Dentro de nuestro planeta, nos encontramos con zonas que están ocupadas de forma permanente, o ecúmene, y las zonas donde no hay asentamientos humanos de forma permanente, que denominamos anecúmene.
Segunda semana: Resumen de la densidad de poblacion y el video 1.1. Densidad de la población mundial
La población actual del planeta supera los 7400 millones de personas. Está desigualmente distribuida entre los continentes, pudiendo apreciarse una gran diferencia entre el hemisferio norte y el hemisferio sur.
El 90% de la población mundial se concentra en la zona templada del hemisferio norte, siendo los continentes más poblados Asia y Europa, que acogen al 86% de las personas a nivel mundial, seguidos de América, África y Oceanía.
Los países donde se concentra una mayor densidad de población se encuentran en el continente asiático: China, India, Indonesia, Pakistán, Bangladesh y Japón; en Europa, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia y, en América del Norte, la costa noreste: desde Boston hasta Washington.
Existen una serie de espacios en América del Sur y África con muy alta densidad de población: el litoral atlántico de Brasil y la zona central de México; el valle del Nilo, en Egipto y la zona litoral del Magreb, en África; junto a espacios de transición escasamente poblados: los países de África central, Oceanía y determinadas zonas de América del Sur.
Junto a estos espacios, nos encontramos con los grandes vacíos demográficos que se sitúan en las tierras desérticas, áreas montañosas y zonas frías del planeta. Esta escasa densidad concentra cerca de un 2% de la población mundial.
Tercera semana: factores de localización y video
1. 2. Factores de localización de la población
Los factores que influyen en la desigual distribución de la población en la Tierra son los siguientes:
Factores físicos.
El clima es un factor determinante por lo riguroso que se presenta en determinados espacios geográficos. Los climas fríos, húmedos o demasiado áridos no favorecen los asentamientos humanos.
La hidrografía adversa influye en la distribución espacial de la población por la dependencia que la agricultura tiene del agua. Eso va muy unido también a la fertilidad del suelo.
El relieve condiciona el hábitat humano de forma algo compleja, las zonas altas de las montañas y cordilleras están prácticamente despobladas, frente a la concentración que presentan zonas más bajas que están bien orientadas y cuentan con una climatología menos adversa.
Factores humanos
Los factores humanos tienen gran influencia en los asentamientos de la población en un lugar determinado y favorecen el aumento de la densidad de población.
La antigüedad de la población de un lugar favorece el asentamiento y aumento de la densidad, apareciendo grandes focos demográficos. Son los casos de Asia y Europa.
El desarrollo económico, ya que la economía ha sido, sobre todo tras la Revolución industrial, un motivo de atracción o rechazo de población. Aquellas zonas con una economía próspera son focos de concentración demográfica.
Por último, también podríamos incluir las motivaciones políticas, tanto como expulsoras de población -por causas como guerras o regímenes políticos-, como atrayentes -si los gobiernos toman medidas para repoblar zonas poco pobladas-. 3. Los movimientos naturales de la población
El crecimiento o disminución de la población de un país se ve afectado por la acción combinada de dos movimientos:
El primero y más importante es el movimiento natural, que resulta de la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, referido a un período de tiempo que se denomina crecimiento natural o vegetativo.
El segundo está configurado por los movimientos migratorios. Hay que tener en cuenta, por una parte, la emigración, que representa la salida de personas de su lugar de origen; y, por otra, la inmigración, que representa la entrada de personas procedentes de lugares diferentes en un territorio determinado.
4, semana: natalidad y video 2.1. Natalidad
La natalidad es el número de nacimientos habidos en una población durante un período de tiempo determinado, generalmente referido a un año natural, y supone un aumento de la población. Para su estudio, usamos la tasa de natalidad, que pone en relación el número de nacimientos con la población total de un territorio.
Nº nacimientos Tasa de natalidad = ---------------------------- x 1000 Nº de habitantes
Dentro de la natalidad, se utilizan otras tasas como la tasa de fecundidad, partiendo del número de nacimientos por cada mil mujeres de edad comprendida entre los 15 y los 45 años y el número medio de hijos por mujer, que suele ser más bajo en los países desarrollados y más alto en los subdesarrollados.
Nº de nacimientos Tasa de fecundidad = ----------------------------------------------- x 1000 Nº de mujeres entre 15 y 49 años
Las diferencias en las tasas de natalidad están provocadas por diversos factores, unos que favorecen altas tasas y otros que frenan la natalidad:
Positivos Negativos Económicos Entender los niños como una fuente de ingresos o ayuda para los padres. La incorporación de la mujer al mundo laboral. Ver los niños como una carga económica. Religiosos Las religiones son pronatalistas. La pérdida de valores religiosos hace que no haya tanta preocupación por tener o no tener hijos. Políticos Los países pueden promover que las parejas tengan hijos mediante subvenciones. Por el contrario, puede haber políticas para frenar la natalidad, como la política del hijo único en China. Demográficos Una población joven hace que haya una gran probabilidad de una alta tasa de natalidad. La disminución de la tasa de mortalidad infantil, ya que una elevada muerte de niños empuja a tener muchos hijos. El envejecimiento de la población implica una baja natalidad. El retraso en la edad del matrimonio también hace que se tengan menos hijos.
Socioculturales El analfabetismo es un factor que favorece la natalidad.
El aumento de la educación, especialmente la femenina, hace disminuir la natalidad. Con la educación llega el conocimiento de los métodos anticonceptivos y la idea de que los hijos cierran oportunidades a las mujeres. 3.2. Mortalidad y esperanza de vida
La mortalidad es el número de fallecimientos ocurridos en una población durante un tiempo determinado. Contraria a la natalidad, provoca una disminución de la población. Para su estudio también tenemos la tasa de mortalidad, que pone en relación las defunciones de un territorio con su población total.
Nº de fallecidos Tasa de mortalidad = ------------------------------------------ x 1000 Nº de habitantes
Dentro de la mortalidad tenemos que tener en cuenta la tasa de mortalidad infantil o número de niños fallecidos antes de cumplir un año por cada mil nacidos. Este indicador es más útil, pues está menos influido por la estructura por edad de la población, ya que un país desarrollado puede tener una alta tasa de mortalidad por el envejecimiento de la población.
Fallecidos menores de un año Tasa de mortalidad infantil = ------------------------------------------------- x 1000 Nº de nacimientos durante ese año
Las tasas de mortalidad son más altas en los países subdesarrollados que en los desarrollados, donde la esperanza de vida se está elevando de forma progresiva. La esperanza de vida es el promedio que se espera que viva un grupo de personas. 2.3.Piramides de poblacion
2.4. Crecimiento vegetativo o natural
El crecimiento natural o vegetativo es la diferencia entre la natalidad y la mortalidad. Las tasas más altas corresponden, en general, a los países pobres y las bajas a los ricos.
2.4. Los modelos demográficos. Modelo de transición demográfica
La Teoría de la Transición Demográfica explica la evolución que ha seguido el crecimiento de la población, analizando la natalidad y la mortalidad. En él, se observan tres fases:
1ª FASE. EL RÉGIMEN DEMOGRÁFICO ANTIGUO: Abarca desde el origen de la humanidad, en la Prehistoria, hasta el inicio de la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII. Había altas tasas de natalidad, debido a que los hijos se veían como una necesidad y al papel que jugaba la mujer en la sociedad.
La mortalidad era también muy elevada debido a la mala alimentación, que hacía a la población muy vulnerable a las enfermedades, unido a la falta de asistencia médica y las malas condiciones higiénicas. Había un alto porcentaje de mortalidad infantil (300 ‰). Esto hacía que la esperanza de vida fuese muy reducida, no llegando a los 40 años. Además, había frecuentes períodos de sobremortalidad o crisis demográficas en los que la mortalidad era catastrófica y superaba ampliamente a la natalidad, debido a hambrunas, guerras o epidemias. Con estas condiciones de vida, el crecimiento de la población era muy reducido y muy lento por lo que, podemos decir, que la población se mantenía más o menos estable.
2ª FASE. LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA: Comienza con el inicio de la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, y abarca hasta la segunda mitad del siglo XX. Muchos países todavía se encuentran en esta fase, ya que este modelo se ha hecho siguiendo la situación de los países más desarrollados pero otros países aún no han culminado el proceso. Esta fase se inicia con un descenso brusco de la mortalidad, debido a la mejora de las condiciones de vida de la población (sobre todo, una mejor alimentación) y a la aparición de los primeros avances médicos. La natalidad en un principio no descendió, con lo que se produjo un fuerte crecimiento demográfico o explosión demográfica que, en el siglo XIX, afectó principalmente a los países europeos. Posteriormente, la natalidad también descendió por la evolución de la sociedad y, especialmente, por el cambio de la situación de la mujer lo que contribuyó a retrasar la edad de matrimonio y reducir el número de hijos. Influyeron, también, otros factores, como la mayor facilidad para acceder a métodos anticonceptivos, la pérdida de influencia de las concepciones religiosas pronatalistas o el propio cambio social que convierte a los hijos en una carga en lugar de una fuente de ingresos. Además, la constatación del descenso de la mortalidad contribuyó, por una parte, a que no se necesitase tener tantos hijos para asegurarse de que alguno de ellos sobreviviera y, por otra, la presencia en las sociedades más desarrolladas de diversos métodos de protección social hizo menos necesaria la presencia de los hijos como apoyo y garantía para el futuro de los padres. Por lo tanto, esta fase se caracteriza por un crecimiento acelerado de la población, que es lo que se conoce como Revolución Demográfica o explosión demográfica. 3ª FASE. EL RÉGIMEN DEMOGRÁFICO MODERNO: Es la situación que se da desde la segunda mitad del siglo XX, en los países más desarrollados. La mortalidad es muy reducida (8-9 ‰), como consecuencia de un buen nivel de vida y unos buenos sistemas sanitarios y de prevención de las enfermedades.
La natalidad es también reducida (10-13 ‰) tanto por la propia evolución social en la que la mujer desarrolla una activa vida laboral, lo que retrasa y disminuye su fecundidad, como por el hecho de que el porcentaje de población joven es más reducido que en las sociedades con menor desarrollo y mayor natalidad. La baja mortalidad y natalidad configuran una situación estable, donde el crecimiento natural es débil o inexistente y hay una clara tendencia al envejecimiento de la población, ya que la esperanza de vida suele ser superior a los 70 años en ambos sexos. 2.5 Interpretacion de gráficos. La gripe española
En el gráfico se representa la evolución de la natalidad (línea azul) y la mortalidad (línea roja) en España desde 1886 hasta el año 2010. La diferencia entre ambas variables es el crecimiento natural o vegetativo. En él gráfico se pueden apreciar claramente las dos ocasiones en las que se produce un crecimiento natural negativo, es decir, cuando la mortalidad supera la natalidad: en 1918 y a finales de los 30. Existe, además, un breve periodo en el que ambas variables se sitúan a la par (mediados de los años 90 del siglo XX). En el lateral izquierdo se muestran las proporciones (de cinco en cinco). Al tratarse de «tasas» se refiere a «tantos por mil».
Análisis de los datos
Durante los últimos años del siglo XIX y el primer decenio del siglo XX los valores de la natalidad y mortalidad son elevados, en torno al 25 o 35 por mil. Es éste un período en el que aumenta la población aunque no de forma excesiva ya que, como se puede observar en el gráfico, la diferencia entre la natalidad y la mortalidad no es muy grande. Además, en las dos tasas se observan oscilaciones que reflejan las crisis cíclicas debido a la falta de medidas sanitarias e higiénicas. El aumento de la mortalidad se agudiza en los períodos de sequía o de malas cosechas ya que España es en estos años un país fundamentalmente agrario. A todo esto hay que añadir la emigración al norte de África y a Ultramar, además del aumento de muertes por guerras, factores todos ellos que reducen también la natalidad. Pese a todo ello el siglo termina con una mortalidad relativamente baja (27 por mil en 1898)
A partir de 1900 se inicia en España el régimen demográfico moderno caracterizado por una aceleración en el crecimiento de la población. Previamente pasa por periodo de «transición».
En los primeros años del siglo XX el aumento de la población se debe a la reducción de la mortalidad especialmente la infantil, por la mejora de las condiciones de higiene, pese a que también se produce un descenso de las tasas de natalidad por el progresivo descenso de la fecundidad y al incremento en la edad de contraer matrimonio El descenso de la natalidad y, especialmente, el aumento de la mortalidad a partir de 1910 está manifestando las consecuencias de la guerra en el Norte de ífrica. Esta tendencia descendente llega a un punto en el que el crecimiento es prácticamente cero por el gran aumento en el número de muertes que se produce como consecuencia de la epidemia de gripe de 1918. Una vez superada la epidemia, los índices de natalidad y mortalidad se recuperan volviendo a los valores anteriores pero, además de esta recuperación demográfica típica de los años posteriores a un crisis, a partir de 1920 la población asciende por el final de la guerra (1926), las mejoras económicas durante la dictadura de Primo de Rivera y la reducción de la mortalidad por las mejoras sanitarias. Esta tendencia se interrumpe nuevamente durante la Guerra Civil (aumento de la mortalidad y reducción de la nupcialidad y la natalidad). A partir de 1940, en el que se produce un crecimiento negativo, se inicia el ascenso pero los valores anteriores ya no se alcanzan debido a las duras condiciones de la posguerra (aumento del número de exiliados, «generación hueca», difíciles condiciones económicas, bloqueo internacional…), sólo existe una ligera aproximación a partir de 1955. Entre este año y 1965 la natalidad asciende, es el típico fenómeno denominado «baby boom» que en España se produce bastante después de la Guerra por las condiciones citadas, la mortalidad desciende por la generalización dela Seguridad Social y la mejora de la situación económica en los años del desarrollismo (años 60 del siglo XX).
A partir de 1976 la tendencia en la natalidad y la mortalidad es descendente (ciclo demográfico moderno). El factor más importante es el progresivo descenso de la natalidad relacionado con la crisis económica pero también con el nivel de desarrollo alcanzado que, al mismo tiempo que seculariza la sociedad, legaliza y populariza los anticonceptivos. Desde los años 70 los valores de las datos se estabilizan en torno al 10 por mil, existiendo un pequeñísima diferencia entre ellas. Por ello el crecimiento natural aunque positivo es muy reducido y existe el riesgo de alcanzar en algún momento valores negativos (como en 1998, 1999). Este descenso de la natalidad, unido al aumento de la esperanza de vida, provoca el envejecimiento de la población, fenómeno que ya se está acusando hoy.
Interesgarria da ikustea zenbat dakigun gertaera bakoitza defentsa- eta menderatze-prisma baten bidez kontsideratzen. Bizitzaren legearen parte den fenomeno baten aurrean gaude. Sorkuntza prozesuetan zein suntsipen prozesuetan agertzen da. Gaixotasuna bizitzaren parte da zentzu biologikoan, endekapena eta heriotza bezala. Ez dago etsairik giza adimenik edo min egiteko asmorik ez dagoenean. Mehatxu egiten digun eta proban jartzen gaituen fenomeno biologikoa da, baina ez da gerra bat. Gaixotasuna gerra terminoetan pentsatzea, arrunta dena, bizitzaren esentzia gaizki interpretatzea da. Ez du laguntzen nola funtzionatzen duen imajinatzen edo ulertzen. Hemen kontua ez da kontaktura joatea, boxeolari arin batek bezala saihestea baizik, kolpeak itzultzeari uko egingo liokeena. Hau enegarren aukera bat da konturatzeko gizakia ez dela planeta honetako indar bakarra eta zenbat aldiz egin behar dien lekua besteei. Salbuespenez, alde batera bultzatzera behartuta gaude, lekua uztera. Ez da gerra bat, hezkuntza bat da, umiltasuna, harremana eta elkartasuna.
Es interesante ver
cuánto solo sabemos considerar cada evento a través de un prisma de defensa y
dominación.
Estamos ante un
fenómeno que forma parte de la ley de la vida, que se manifiesta tanto en
procesos de creación como de destrucción. La enfermedad es parte de la vida en
el sentido biológico, como la degeneración y la muerte. No hay enemigo cuando
no hay inteligencia humana o intención de hacer daño. Es un fenómeno biológico
que nos amenaza y nos pone a prueba, pero no es una guerra.
Pensar la
enfermedad en términos de guerra, lo que es común, es malinterpretar la esencia
de la vida. No nos ayuda a imaginar o a entender cómo funciona.
Aquí no se trata de ir al contacto, sino de esquivarlo como un ágil boxeador,
que se negaría en devolver los golpes.
Esta es una enésima
oportunidad para darse cuenta de que el humano no es la única fuerza de este
planeta y que debe - oh cuánto-a veces hacer espacio a los demás.
Excepcionalmente
nos vemos obligados a empujarnos de lado, a dejar espacio.
No es una guerra,
es una educación, la humildad, la interrelación y la solidaridad
Heriotza bizitzaren atala da La muerte es una parte de la vida
Ulises eta hilezkortasuna: Calipsok hilezkortasuna eskaini zion Ulisesi. Ulisesek uko egin zion eskaintzari, nahiago zuen Itakara itzuli, Peneloperekin itzuli, bizitzaren aldeko apustua. egin.
Ulises y la inmortalidad: Calipso ofreció la inmortalidad a Ulises. Ulises rechazó la oferta, prefería volver a Itaca, a casa, volver con Penélope, aposto por la vida.
Zer gertatzen da ezin dugunean agurtu joan zaigunhurbileko bat?
¿Que pasa cuando no podemos despedir a alguien cercano que se ha muerto?
HONRAR, PAUSAR, SENTIR
La muerte es siempre una interrupción. A pesar de ser la última piedra del camino, a pesar de que sabemos que llegará antes o después, su venida nos corta, nos rompe, nos detiene. Incluso cuando la enfermedad ha sido larga y el alivio del final es una ambivalencia inevitable, la muerte de un ser querido nos interrumpe el amor. No nos deja seguir amando de la misma manera, quizá en forma de rutinas, de una relación que tenía sus más y sus menos, como todas, pero que en mayor o menor medida se apoyaba en el vínculo. El duelo, la despedida, los funerales, los pésames, la liturgia en general nos da un respiro en esa abrupta interrupción. Con las llamadas de los amigos y familiares que nos hacen volver a abrir el grifo temporalmente cerrado del llanto, vamos depositando lo que, a veces en vida, estaba revoloteando alrededor de la relación sin posibilidad de concreción.Entonces caemos en la cuenta de lo que significaba para mí esta persona, de lo que se lleva de mí cuando se va, y es precisamente ese reconocimiento, esa honra, la que es posible cuando compartimos. Si, como en estas circunstancias, no podemos hacerlo arropados por el grupo numeroso que le conoció, que conocía nuestra relación en vida, tendremos que encontrar el momento para hacerlo como podamos. Pero hacerlo. Quizá tengamos que pausar los abrazos, quizá pausar el tiempo juntos para recordar, pero solo pausar. Necesitaremos hacerlo más adelante y recuperar el ritual, el memorial, cuando nos volvamos a juntar. Mientras tanto, si lo necesitamos, hablar, hablar y hablar de quién fue para mí, quién sigue siendo, aunque ya no esté; pero también el aislamiento emocional para despedirme a mi manera, recordando en un homenaje privado. Llorar con quien sienta cerca, bien sea por teléfono o por videollamada, y despedirme, también a solas, sin miedo a aislarnos un rato dentro del aislamiento.No poder despedirse en persona es un acto que va contra nuestra naturaleza, contra la naturaleza del vínculo en vida, y será difícil de asumir y colocar, pero la relación permanece en la cabeza y en el corazón, y es esa la que honrar. El dolor es el resultado de haber amado.
Heriotzaren presentziak bizitzaren edertasuna goraipatzen du El tener presente la muerte realza la belleza de la vida Baserriko lorak
Gizakiak nahiago du estatuak
segurtasuna ematea askatasuna baino, Thomas Hobbesen arabera.. Heriotzari
pertsonak dioten beldurra da babes hori bilatzeko motorra. XVII. mendeko
pentsalari ingeles honek planteatzen zuen gizakia dela bere eskubideak estatuari
laga behar dizkiona, nahiz eta agintea bidegabea izan. Estatuak indartsua eta
zatiketarik gabea izan behar du. Aurrean, beren pasioei eusten uzten dieten eta
behar besteko erantzukizunik ez duten gizabanakoak daude, kaosera eramaten
gaituztenak. Hobbesentzat berdintasun eta askatasunerako eskubidea gaitz
guztien kausa dira.
Koronabirusarekin gure garaietan
inoiz pentsatutako eszenatoki berria bizitzen ari gara. Etxean konfinatuta
gaude. Guztion onerako. Ados nago. Halaber, batzuen ustez horrek gure kontsumismoagatik
planetari eragiten dizkiogun gaitzez jabetuko gaituela. Kezkatzen nauena lege
berezi horien ondorioz ematen ari diren hainbat zantzu dira. Alde batetik,
bizilagun batzuek erakusten duten haserre bizia, jasotzen ari garen aginduak
betetzen omen ez dituen jendearekin, adibidez auzokide batek beste auzoki bat
salatzea eskileretan gora eta behera dabiltzalako. Beste kezka bat da
komunikabideen eta sare sozialetatik
iristen den "informazioa"rekiko menpetasuna. Horri gorputz polizial
eta militarren protagonismo ikusgarria gehitu behar zaio, bitxia bada ere,
askotan zibilek egin litzaketen funtzioak egiten baitituzte (aireportuaren
garbiketa, material banaketa...) zer pentzatzeko ematen dit. Gaixotasun
ezezagun batekin, agertoki ezezagun batekin eta etorkizun zalantzagarri batekin
topo egin dugu. Hobbesen itzulera?
Vuelta a Hobbes?
El ser humano prefiere que el estado le de seguridad que libertad, afirmaba Hobbes. El miedo a la muerte es el motor para la búsqueda de esta protección. Hobbes, una de los teóricos de pensamiento político mas influyentes, plantea que es ser humano debe ceder sus derechos al estado, aunque este sea injusto. El estado debe ser fuerte y sin divisiones. Enfrente están los individuos que se dejan llevar por sus pasiones y no tienen la suficiente responsabilidad, llevándonos al caos. Para Hobbes el derecho a la igualdad y libertad son la causa de todos los males. Hobbes se considera el padre del liberalismo político. Con el coronavirus estamos viviendo un escenario jamas pensado en nuestros tiempos. Estamos confinados en casa. Por el bien de todos. Hasta hay de acuerdo. Ademas, algunos piensan que esto nos hará tomar conciencia de los males que le causamos al planeta por nuestro consumismo desbocado. Lo que me empieza a preocupar son una serie de indicios que se están dando a causa de estas leyes especiales. Por una parte es la ira que muestran algunos vecinos con la gente que, a su entender, no cumple las ordenes que estamos recibiendo, por ejemplo un vecino a denunciado a otro del mismo portal por estar subiendo y bajando varias veces por las escaleras. Por otra parte es la dependencia de los medios de comunicación y la "información" que llega desde las redes sociales. A esto hace falta añadir el espectacular protagonismo de los cuerpos policiales y militares, que, curiosamente, se dedican a realizar funciones que podrían realizar civiles ( limpieza del aeropuerto, distribución de material...). Nos encontramos con una enfermedad desconocida, un escenario desconocido y un futuro incierto. Volverá Hobbes?
Hace ya muchos años que me venía preguntando, desde mi observatorio de médico de familia primero y médico de cuidados paliativos después, hasta qué punto las personas se responsabilizaban de su propia salud o delegaban esa responsabilidad en los profesionales o en el sistema. A medida que iba pasando el tiempo, y yo también profundizaba en lo que significaba la relación de ayuda con el enfermo, y más aún si se enfrentaba al final de su vida, llegaba a conclusiones muy claras: la mayor parte de las personas esperaban de ese sistema, en modo petición o incluso en modo exigencia, que les solucionara sus problemas de salud, como quien va al taller a que el mecánico le arregle las averías de su vehículo. Problemas que en un elevado porcentaje traducen problemas con la propia vida. Y, ¿hasta dónde llega la responsabilidad del médico en la vida de las personas y en lo que hacen con ella, y en el sentido que le encuentran?
La responsabilidad sobre la propia salud
Una medicina excesivamente paternalista, que cumplió su función en épocas pasadas pero que ya está algo (o bastante) trasnochada, un sistema que se empeña en dictar normas y más normas y en pretender dirigir y controlar la salud de sus usuarios (desde una visión exclusivamente biológica y enfocada a la supervivencia), y una sociedad infantilizada que rehúye cualquier cosa que le recuerde la posibilidad de enfermar y mucho menos de morir, y que se ha acabado creyendo que tenía derecho a una salud perfecta que en ningún momento le estropeara sus planes, en cualquier edad y circunstancia, han expropiado a los individuos del control de su salud y los han exonerado de esa responsabilidad.
Del mismo modo, la otra cara de la moneda es que sobre los médicos recae entonces esa misma responsabilidad eludida por otros, lo que atiborra las consultas y salas de urgencias de todo tipo de peticiones menores que dificultan la detección e identificación de las verdaderamente importantes.
Pero cuando se abre la mirada y se asume que la salud, como es una obviedad aplastante, no es solo un asunto de la biología, sino que va mucho más allá, y que en esas otras dimensiones es la persona la que ha de tomar sus decisiones, es cuando la responsabilidad queda mucho más repartida.
Afinar el piano...
Leí un día una acertadísima analogía que hacía Viktor Frankl en la que comparaba al profesional con un afinador de pianos. Un piano desafinado no puede sonar bien, por mucho que lo intente el pianista. Pero afinar el piano, poner el instrumento a punto, no garantiza tampoco que vaya a ser bien tocado, eso va a depender del talento y la actitud del pianista. Será él quien haga sonar el piano de forma armoniosa, melódica, emotiva, o quien lo haga de forma torpe y disonante. El afinador podrá como mucho desbloquear los impedimentos para que el talento pueda expresarse en condiciones, pero no será responsable de la música que finalmente suene.
Los profesionales sanitarios tenemos la obligación de poner a punto los pianos en la medida de nuestras posibilidades, pero no somos responsables de cómo son tocados, ni de cómo son interpretadas las piezas que a cada uno le son asignadas. No se nos puede pedir eso, ni debe esperarse eso de nosotros. La responsabilidad de la propia vida, y de todo aquello que va más allá de la biología, los parámetros analíticos y las exploraciones supuestamente objetivas, la tiene el individuo, que tiene el poder y la capacidad de buscar su sanación para sentirse mejor. Pero eso exige trabajo y esfuerzo, y toma de conciencia. El pianista ha de aprender, formarse, estudiar, y practicar, y ha de saber que si no lo hace difícilmente nunca arrancará notas bellas a su instrumento. Puede y debe aspirar a tocar cada vez mejor, eso es madurar y crecer como persona. Y mientras tanto, el afinador tratará de mantenerlo en condiciones para que pueda seguir tocando a su manera. Y si un día el piano acusa el paso de los años y ya no resiste los embates de las manos del músico, el pianista tendrá que aprender a tocarlo con mayor suavidad y cuidado, aceptando que quien afina no tiene el don de volver el tiempo en dirección contraria.
Y cuando suene la música y penetre en el alma de las personas que la escuchan, tal vez el pianista se gire agradecido a mirar al afinador, pero este sabrá que no es él quien toca ni quien hace vibrar de emoción a los oyentes, sino que son los dedos del músico, y su corazón, los que han logrado ese milagro. La tarea, y el mérito, correspondían al pianista. El afinador solo afinaba el piano.
2020/02/12
1. ¿Qué es una hipoteca subprime?Los orígenes de la última crisis financiera se encuentran en la sobrevaloración de los precios de la vivienda en Estados Unidos. El entorno de los tipos de interés era muy bajo, lo que propició el endeudamiento de las familias y que algunas entidades bancarias concedieran préstamos y créditos de forma... poco prudente. Y no sólo a ciudadanos con cierta solvencia, sino también a aquellos que tenían un elevado riesgo de impagar su hipoteca. Cuando esto, finalmente, ocurría, estas hipotecas subprime entraban en el balance de las entidades como pago de la deuda. Se las llamó, técnicamente, "activos tóxicos".
2. ¿Qué es un swap?Es un producto financiero complejo por el que los prestatarios y las entidades financieras sellan un acuerdo en el que los créditos van a estar referenciados a un tipo de interés fijo durante un plazo establecido. Puedes leer más en profundidad sobre los swaps
3. ¿Qué son los CDS? Son las siglas de Credit Default Swap (Swaps de incumplimiento crediticio). ¿En qué consisten? Los CDS son un contrato similar a un seguro, en el que una de las partes compra protección frente a un riesgo de crédito durante un determinado tiempo, a cambio de un pago periódico o prima. La diferencia con el seguro es que el bien asegurado no es tangible, como puede serlo una persona o una casa, por ejemplo. En los CDS, el vendedor de protección (que normalmente es un banco) se compromete a realizar un determinado pago en el supuesto de que ocurra un evento de crédito (es decir, un impago, una reestructuración o una situación concursal del emisor del activo, por ejemplo) sobre el activo de referencia. Si no ocurre ningún evento de crédito, la entidad vendedora de protección no realiza ningún pago. Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes compañías, de paquetes de referencia crediticia (CDO) o de bonos de deuda soberana. Más aquí.
4. ¿Qué son los CDO?Son las siglas de Collateralized Debt Obligation (Obligación de deuda garantizada). Los CDO son productos que incluyen bajo un solo paraguas varias emisiones de deuda distinta, pero que pueden comercializarse por tramos o bien como un solo producto de renta fija. Durante la gestación de la burbuja crediticia, los bancos de inversión utilizaron los CDO para combinar emisiones de deuda de distinta calidad, desde hipotecas sin riesgo hasta productos subprime. Los CDO solían recibir altas calificaciones crediticias por parte de las agencias de ráting: combinaban tramos de mucha calidad con tramos de muy poca, pero estaban diseñados de tal forma que, en teoría, diversificaban de forma suficiente el riesgo. Más aquí.
5. ¿Y los CDO sintéticos?Esto ya es una especie de superestructura de derivados de crédito. Es como si fueran una apuesta secundaria sobre el devenir de algunas empresas. En los CDO sintéticos los poseedores de deuda del CDO absorben el riesgo, pero no la propiedad legal de los activos.
6. ¿Qué es el rating? El rating o, en castellano, la calificación crediticia, es el establecimiento de la solvencia de una entidad para determinadas emisiones de deuda o acceso al crédito. Califica la solvencia de empresas públicas o privadas y de países y proporciona un indicador de la probabilidad de pago en la fecha prevista, tanto del principal como de los intereses, por parte del emisor de deuda. Las calificaciones de rating suelen distinguirse mediante unas siglas de letras o de letras y números, diferenciándose según sean para deudas a corto o largo plazo. Las principales agencias de rating son Standard and Poor's Corporation (EEUU), Moody's Investor Service (EEUU) y Fitch IBCA (Reino Unido). Tenéis más información en
7. ¿Qué son las ventas a corto?Son las ventas de un activo no poseído por el inversor, pero prestado a través de un intermediario y más tarde recomprado para pagar el préstamo. El beneficio se obtiene si la venta inicial se realiza a un mayor precio que el precio de recompra. Con una posición corta el inversor obtiene mayor beneficio si el precio del activo disminuye.
8. ¿Qué es un hedge fund?Es un tipo de fondo de inversión que se caracteriza por disponer de un alto grado de libertad en la gestión de su patrimonio. Esto les permite, entre otras muchas cosas, utilizar de forma masiva instrumentos derivados y tomar posiciones cortas mediante préstamo de títulos. Pueden invertir en una amplia variedad de mercados y de productos con diferentes niveles de apalancamiento. Aunque es una institución de inversión colectiva, puede tomar diferentes formas jurídicas (sociedad, fondo de inversión u otras). ¿No os ha quedado claro? Pues
9. ¿Qué (¡o quién!) es la prima de riesgo?Seguramente es el concepto con el que estáis más familiarizados, pero lo recordamos. La prima de riesgo es la diferencia entre el interés que se paga por la deuda de un país y el que se paga por la de otro. Lógicamente, cuanto mayor sea el nivel de riesgo asociado, mayor será la rentabilidad exigida. La prima de riesgo de los países de la Unión Europea se calcula respecto a la tasa de interés de Alemania porque se supone que su deuda pública es la que tiene menor riesgo de impago. Puedes ver una definición más completa, pero más enrevesada